enero 16, 2016

Los Mustang


En los años 60 el joven público español quería escuchar y bailar los éxitos internacionales del momento, pero querían hacerlo al mismo tiempo que en el extranjero y querían entender las letras de las canciones. Muchos conjuntos se aprestaron a satisfacer esos deseos. De entre esos conjuntos músico-vocales, el más relevante fue sin duda Los Mustang, que versionearon no sólo a The Beatles, sino a toda una pléyade de artistas anglosajones: Manfred Mann, Walker Brothers, Move, Scott McKenzie y un larguísimo etcétera. Se trataba de versiones clavadas a las originales con la única diferencia del idioma, que por lo general, gracias a un acuerdo de las filiales españolas de la EMI con su sello matriz inglés, eran publicadas con un par de semanas de antelación sobre el original, lo que contribuía a unas ventas importantes. Entre 1964 y 1970 ningún disco sencillo o EP de Los Mustang vendió menos de 25.000 ejemplares con un pico de 130.000 para “Submarino Amarillo / El Gran Flamingo / Verano en la Ciudad / El Ritmo del Silencio” (La Voz de su Amo, 1966).

Los inicios del grupo tuvieron como escenario el populoso barrio barcelonés del Poble Sec, donde en noviembre de 1960 se juntan para tocar temas instrumentales los guitarristas Marco Rossi y Tony Mercadé con el bajista Miguel Navarro. Lo que es un puro entretenimiento de estudiantes va tomando cuerpo y en 1961 participan en el Certamen de Conjuntos Universitarios en la edición que fue ganada por Los Pantalones Azules. Deciden dar el salto y fichan al cantante Santi Carulla, que había pasado fugazmente por Los Sirex, y al batería Tony Mier.

Actúan regularmente en El Pinar y en el Club de Fans de Cliff Richard. Dejan de ensayar en las casas de los componentes y se hacen con un local de ensayo en la calle General Mitre, que se convertirá en su cuartel general. Pronto llaman la atención por su pulcritud instrumental y por su guapo cantante que se las lleva de calle. Son fichados por EMI Regal y graban su primer disco a finales de 1962, “Quinientas Millas / No lo Ves / Madison Twist / He de Saber” (EMI, 1962), con el tema "500 millas" popularizado en Estados Unidos por Peter, Paul & Mary y en Francia por Richard Anthony, como principal reclamo. Por esas fechas actúan en Francia, debutando en la televisión de aquel país antes que en TVE.

A partir de ahí, versiones y más versiones. En 1963 graban “My Bonnie” de Tommy Sheridan & The Beatles y a principios de 1964 la primera versión genuina beatle: “Please, please me”. A finales de ese año su fama ha crecido de tal modo que los lectores de Discobolo, la principal revista musical española de la época, los declaran por votación mejor conjunto nacional. En 1965, coincidiendo con la visita de The Beatles a España, Brian Epstein firma con la EMI española un acuerdo por el que los discos de The Beatles aparecerían en España un mes después que en Gran Bretaña. Esa circunstancia permitía a Los Mustang poner en el mercado las versiones beatle antes que los originales y esta ventaja les proporcionó pingües beneficios.

En ese momento EMI decide sacarles de su serie B y los pasa a La Voz de su Amo, su principal sello. Fotocopias en español de “Ticket to ride”, “Help” y tantos otros temas de los cuatro de Liverpool y de otros muchos grupos ingleses cimentan su fama, sin olvidar covers de canciones francesas e italianas, que también prodigaron. Los arreglos venían firmados por Córcega, seudónimo de Antonio Ribé, director de la editorial de La Voz de su Amo, que de esta forma se aseguraba suculentos derechos de autor, aunque las traducciones y arreglos correspondían realmente a Santi y Marco, que no veían un duro por ese concepto.

Temas todos calcados de los originales y que competían con éstos en las tiendas de discos y en las emisoras de radio. Entre 1963 y 1968 Los Mustang ponen veinticuatro discos de 45 r. p. m. en la calle. Este ritmo frenético de grabación no decrece a la hora de las galas. Se patean toda España con un número cercano a las cien galas anuales con un caché que oscilaba entre las 30.000 y las 65.000 pesetas y ganancias para el grupo de unos 6 millones de pesetas anuales, ¡una barbaridad para la época! Forman parte el 19 de mayo de 1966 del histórico concierto del Palacio de los Deportes de Madrid junto a Los Bravos, Los Brincos, Los Sirex y Los Relámpagos, completando el quinteto de grandes conjuntos de la década.

Y siguen llegando los éxitos en forma de versiones: “La balada de Bonnye and Clyde” y sobre todo “El submarino amarillo” de los que venden el doble que las originales, a pesar de la saturación del mercado con discos en español que contenían dichas canciones.

A partir de 1970 la fórmula parece agotarse y Los Mustang se apuntan al pachangueo promovido por Los Diablos o Fórmula V, aunque con un sello de distinción. En 1970 van a publicar una de sus apuestas más arriesgadas con “Mustang, Reino Prohibido en el Himalaya” (EMI Odeón, 1970), un single conceptual que bebe las aguas sicodélicas y progresivas. Ese mismo año hacen una gira por Cuba, una de las pocas salidas al extranjero de la banda de Santi Carulla.

Estiran su actividad discográfica hasta 1973 con ventas cada vez menores y discos de dudosa calidad artística. En los últimos años entrará un sexto componente como teclista. En 1980, en plena fiebre revival regresan a la actividad, publicando“Xerocopia” (Movieplay, 1981), un interesante LP dedicado íntegramente a canciones de The Beatles. Vuelven de nuevo a los platós televisivos y gozan durante un par de años de una segunda juventud, que posteriormente relanzarán en los circuitos nostálgicos en años sucesivos.

Los Mustang fueron un grupo pop, siempre bien vestidos y con buen sonido, que no innovaron nada, pero que pusieron como copia fiel en el oído del españolito de los 60 toda la música que se hacía por esos mundos. Hoy sus temas se escuchan como documento de unos tiempos en que no sabíamos idiomas y habíamos pasado de la noche al día de la bandurria a la guitarra eléctrica.

Atacados muchas voces por su afán versionero y los altos beneficios que obtuvieron de canciones ajenas, la mejor defensa la hace Santi Carulla, que ya en los años 90, explicaba a una revista: “No nos preocupábamos de componer canciones, porque lo que nos preocupaba en aquel momento era mimetizar lo que los artistas y grupos extranjeros punteros hacían en aquel momento y nuestra mayor aspiración era llegar a hacerlo tan bien como nuestros ídolos”.

En mayo de 2015, Marco Rossi, guitarra solista y auténtico talento musical del grupo, falleció en Barcelona.