mayo 20, 2016

Joe Cocker


A pesar de haber tenido que esperar hasta 1968 antes de obtener, ya con veinticuatro años, la atención del gran público, Joe Cocker formaba parte, con pleno derecho, del movimiento rhythm and blues británico de principios de los años sesenta. El retraso de la aparición de Joe Cocker en las listas de éxitos y en el corazón de la gente se debe atribuir en primer lugar a su difícil carácter. En efecto, su carrera ha conocido violentos períodos de impopularidad y de abandono que Cocker, marcado por el alcoholismo, vivía bajo la bandera de la destrucción de su talento, no precisamente con intenciones de reflexión. Tanto es así, que muchas veces, durante su ajetreada carrera, Joe Cocker ha parecido neuróticamente desgarrado por sus contradicciones.

Cocker, como deja presumir su agitada presencia en el escenario, siempre aparece angustiado por la necesidad de expresarse y por la evidencia, igualmente desesperada, de su gran dificultad para hacerlo. Hay otro problema que ha afligido largamente su trayectoria: su escasa capacidad para hacer compatibles las razones de su corazón, o sea, el amor por el blues y el rock, con las comerciales. En efecto, Joe Cocker frecuentemente se ha encontrado deprimído o desilusionado por no haber logrado aprovechar por completo, salvo en pocas ocasiones, la potencialidad económica de su trabajo. Por ejemplo, cuando tuvo el deseo de afirmarse comercialmente, decidió, en 1968, grabar un glorioso tema de The Beatles, 'With a Little help from my friends'.

La excelente versión de Cocker de un tema interpretado en su versión original por un cantante "poco dotado" como Ringo Starr, confirma, sin embargo, que el pellizco de astucia que se hallaba tras la elección del tema fue puesto inmediatamente en segundo plano por el talento derrochado a manos llenas por el intérprete. Irónicamente, el debut discográfico de Joe Cocker, en 1963, había tenido lugar con escaso éxito, precisamente con otro tema de The Beatles, grabado en el mismo año, 'l'll cry instead'; la cara B proponía, sin embargo, la célebre 'Georgia on my mind', escrita por la pareja Correl-Carmichael y llevada en 1960 a la cabeza de las listas de éxitos por Ray Charles.

Antes de grabar el primer single, para Decca, Joe se había formado, bajo el seudónimo de Vanee Arnold, dirigiendo un grupo llamado The Avengers. Cocker, por la inspiración "negra" de su música, tomó parte activa en el florecimiento del blues en Gran Bretaña, al igual que músicos como John Mayall y Alexis Korner, que habían ido a pescar en las tradiciones del otro lado del Atlántico las raíces de la "nueva música" popular. Joe Cocker, nacido en Sheffield el 20 de mayo de 1944, vivió durante los primeros años de su carrera el buen momento creativo de las provincias inglesas. Entre finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, Sheffield, como otras ciudades, vivió la ascensión de un gusto juvenil marcado por un gran amor hacia los géneros musicales negroamericanos.

El rumbo seguido por muchos jóvenes, The Beatles incluidos, era el del skiffle. Joe Cocker recuerda así su primer período artístico: "Las ciudades inglesas estaban atestadas de jóvenes aburridos que no sabían qué hacer. Después, como una verdadera manía, apareció una música nueva, el skiffle, y todos encontramos una ocupación. Siguiendo el ejemplo de Lonnie Donegan y de otros tipos parecidos, me compré, a los trece años, una batería barata, y empecé a ir de provincia en provincia junto a algunos amigos que se habían comprado una guitarra". Una vez acabados los estudios, el diecisieteañero músico de skiffle de Sheffield ya se había pasado al rock'n' roll y dividía su vida entre el trabajo en una gasolinera durante el día y las actuaciones musicales por la noche.

"En primer lugar, me sentí atraído por el blues por una razón muy simple: me parecía que era una música honesta, incontaminada, cuya pureza contrastaba enormemente con el pop inglés de moda entonces". En esta búsqueda de lo genuino, Joe tenía como maestro a Ray Charles, sobre todo desde el punto de vista vocal. Charles, a quien sólo conocía a través de grabaciones, era capaz de mezclar la atmósfera pura del blues con melodías de fácil acogida. Era el mejor ejemplo de un camino medio entre un arte rígido y casi ascético y la forma más inmediata de que una canción se escuche. En 1963, Joe Cocker dejó su puesto de trabajo y se dedicó completamente a su razón de vivir.

En compañía de The Avengers, consiguió su primer contrato y actuar como telonero en la gira de The Rolling Stones y de The Hollies. A pesar del fracaso del primer single y la rescisión del contrato con Decca, Joe Cocker, aún Vanee Arnold, no se rindió. Continuó su camino frente a públicos diversos. Con el nuevo nombre de Joe Cocker Big Blues, su banda realizó giras fuera de Gran Bretaña y, en Francia, tocó para las tropas americanas de las bases de la OTAN. Cocker recuerda aquella época como una experiencia maravillosa: el negro-blanco de Sheffield descubrió, con cierto estupor, que estaba muy de acuerdo con los negros y que, por el contrario, era rechazado por el público blanco.

Tras esta experiencia, Joe se vio traicionado por su carácter: no encontraba trabajo, se dedicaba a beber y vivía prácticamente en la miseria con los escasos ingresos que recibía por esporádicos trabajos como obrero. Y el poco dinero que ganaba se lo gastaba en bebida. Por suerte, Chris Stainton, músico eléctrico, arreglista y autor, y buen amigo de Cocker, le ayudó a salir del túnel: se volvieron inseparables, y Chris le proporcionó seguridad. En aquellos años la música negra se había impuesto en la escena rock británica, mientras que el blues, en su variante "psicodélica", se convertía en la base del trabajo de muchas bandas nuevas.

Cambiaban las orientaciones de los músicos y también las del público joven: los compradores de discos apoyaron con entusiasmo al sonido rock, negro y psicodélico, demostrando estar abiertos a una amplia gama de estilos y experiencias. Cocker y Stainton, este último en calidad de pianista y autor, se pusieron a trabajar, realizando un tema cautivador, 'Marjorine', que abrió al cantante las puertas de las salas de grabación. 'Marjorine', como maqueta, llegó a las manos de Denny Cordell, productor de Procol Harum y de The Move, y propició un nuevo contrato discográfico, con Cube. La canción, concebida originariamente como acompañamiento musical para un espectáculo de títeres, se publicó en single y entró en el Top 50 británico en mayo de 1968.

El éxito se agrandó con las actuaciones en directo de The Joe Cocker Big Blues Band: en el escenario, Joe Cocker es una presencia inconfundible con su forma desarticulada de gesticular, que lo vuelve parecido a una marioneta enloquecida y acentúa el contraste entre su aparente fragilidad y su voz ronca pero poderosa. Con 'With a little help from my friends', que conquistó el primer puesto en las listas de éxitos en noviembre de 1968, gracias a una revisión vehemente en la que se mezclaban acentos de angustia y rugidos al estilo negro, el público y la crítica se dieron cuenta de que se hallaban ante una gran promesa.

En 1969, Joe Cocker grabó, con la supervisión de Denny Cordell, su primer álbum, titulado 'With a little help from my friends', con la compañía de excelentes músicos de la escena británica: Jimmy Page, Albert Lee, Steve Winwood y Matthew Fisher. Las promesas parecían hacerse realidad, gracias a una hábil elección del repertorio. Al frente de The Grease Band, Joe Cocker ofreció una serie de conciertos en Inglaterra. En The Grease tocaban con él, además de Chris Stainton, Alan Spenner al bajo, Bruce Rowland a la batería y Henry McCullough a la guitarra. A principios de 1969, Cocker y The Grease Band estaban en América y participaron en los legendarios tres días de paz, amor y música.

Los trescientos mil asistentes a Woodstock les aplaudieron entusiasmados, y Joe prolongó su estancia en USA, trasladándose a Los Angeles, para preparar un segundo álbum. En los días anteriores a la grabación conoció a Leon Russell, músico de estudio de lujo acostumbrado a prestar su maestría pianística a diferentes artistas, desde Frank Sinatra hasta Jerry Lee Lewis, de The Rolling Stones a The Byrds. Fue el segundo encuentro importante de la carrera de Joe Cocker. El extrovertido Russell le enseñó a modular los pesados tonos del "recitado blues" y le proporcionó un éxito inolvidable, 'Delta lady', que entró en el Top 10 inglés en octubre de 1969.

Russell supervisó la grabación de 'Joe Cocker', segundo álbum del leonino blues-man de Sheffield. En 'Joe Cocker' se nota el cambio de país y de ambiente: hay una agilidad diferente respecto a la ópera prima, es menos tosco y blues, revelándose más maleable y dispuesto a enfrentarse con la melodía country. En este clima renovado contribuye en gran manera, además de Leon, la elección de músicos de estudio pertenecientes a la crema de los grupos country-rock, como Sneaky Pete Kleinow, de Flying Burrito Brothers, y Clarence White, de The Byrds. La diversidad de estilos entre los dos álbumes saca a relucir el principal problema de Cocker: su espontaneidad, su falta de cálculo o astucia, que ciertamente es un mérito, pero que a la larga se configura como un peligroso defecto.

El defecto, que reside en la incapacidad de elaborar una estrategia musical propia, deja a Joe a merced de arreglistas y compositores. Y, desgraciadamente, no todos se llaman Chris Stainton o Leon Russell. El cambio de dirección de 1970, tras la separación de The Grease Band, se debió en gran parte a Leon Russell: se "inventó" un mega-tour con 42 personas en el escenario, el "Mad Dog and Englishmen" tour. Cocker, en verdad, habría preferido descansar y renunciar a la gira, para la que había firmado un contrato poco antes del abandono de The Grease Band; pero se encontró atrapado, ya que las multas por suspender los conciertos le habrían llevado a la miseria.

La gira de "The Mad Dog", en la que participaban también Delaney and Bonnie y Rita Coolidge, fue, sin embargo, estrepitosa. Como testimonia un doble álbum en directo y una película documental de 1971, el "perro loco y los ingleses" llevaron de gira por Estados Unidos el espíritu de Woodstock, en un clima de paz, amor y feliz confusión, dado el gran número de participantes en la caravana. Cocker, sin embargo, estaba aturdido por el éxito: el stress y la toxicodependencia, contraída en los últimos meses de actuaciones, ponían su vida en peligro. Un retiro de dieciocho meses de la escena, agravado por los problemas con su compañía discográfica, A&M, y con su manager, Anthony Dee, llevó a Joe Cocker al destierro.

Sin rumbo, entre trago y trago y en alguna ocasional actuación en algún pequeño escenario, el cantante mostraba su total falta de control. De nuevo, su purísima vocación de roquero incapaz de adecuarse a los cálculos de la industria y a la maldad de un mundo sin escrúpulos le impedía comercializar su talento. El regreso de Cocker, en 1972, con una serie de conciertos que. lo llevaron a un desastroso epílogo australiano, tuvo lugar en un momento en que la escena musical había sufrido cambios radicales. En Inglaterra, el rock blues ya no atraía al público, y era sustituido por las ambiciosas suites y las complejas partituras del llamado pop sinfónico.

Y mientras las gracias sinfónicas de los nuevos grupos conquistaban a la audiencia, sobre todo la británica, el "visceral" Cocker era arrestado en Melbourne por consumo de drogas, junto a los miembros de su grupo. En el último concierto, antes de ser repatriado, Joe salió a escena tan borracho como para caerse del escenario. En los años setenta la carrera del cantante fue fatigosa e inconstante desde el punto de vista de las grabaciones: típico ejemplo, un álbum confuso y flojo como 'Something to say' (1972). También carecía de nervio 'Jamaica say you will' (1975), que incluía un par de singles del cantautor americano Randy Newman.

Pero, al menos en este caso, la razón de la escasa incisividad del disco nacía del ansia de repetir el éxito del álbum anterior, que por lo menos cualitativamente había reservado buenas sorpresas. 'I can't stand a little rain' (1974), con la inolvidable versión de 'Guilty' de Newman, es, efectivamente, un disco sereno e irritado al mismo tiempo. Otra etapa de los deprimidos años setenta está representada por 'Live in L. A.', un álbum editado en 1976 que contiene material grabado en directo cuatro años antes en Los Angeles: temas famosos, como 'Dear landlord' o 'Midnight rider', desfilan en un estilo demasiado reconocible para no correr el riesgo de defraudar.

Le siguieron un difícil 'Stringay' y 'Luxury you can afford' (1978), lleno, como el anterior, de grandes nombres de músicos y de singles más o menos logrados, donde Cocker afronta la célebre 'A whiter shade of pale', de Procol Harum. La idea que el vasto público tiene del Joe Cocker "años sesenta" es conmovedora: el viejo león, ahora pelado en lo que se refiere a la melena, está considerado por la mayoría como un superviviente de Woodstock, un zombie procedente de otro mundo, un veterano de otra generación. Y esta imputación de "zombismo" también atañe a los discos, apresuradamente considerados como hallazgos del pasado y, sin embargo, muy escuchados por lo que valen.

Y valen por algo: aunque los arreglos y los músicos a veces sean flojos, la voz forjada en acero de Sheffield conserva su espléndida y potente capacidad expresiva, vinculada a una dúctil y sinuosa expresividad. Sorprendentemente, los años ochenta ven el resurgir comercial del "zombie de Woodstock". La vuelta a la lista de éxitos, en noviembre de 1982, con 'Up where we belong', un dúo romántico con Jennifer Warnes, banda sonora de la película 'Oficial y caballero', no aportó nada nuevo desde el punto de vista artístico, pero sirvió por lo menos como resarcimiento para el cantante. Lo mismo ha ocurrido con los álbumes 'Cocker' (1985) y 'Unchain my heart' (1987), que retoman temas de la Motown, clásicos de Charles, páginas de Newman o de Lennon, y proponen excelentes y tristes baladas de amor: cuando falta el corazón, llega la profesionalidad.

El último zarpazo que ha lanzado el león es el tema 'You can leave your hat on' que acompaña en la película 'Nueve semanas y media' a la provocativa Kim Basinger en un sensual e irónico striptease. Un nuevo álbum, 'One night of sin' (1989), muestra a un Joe Cocker sorprendentemente en forma, en el estudio y en el escenario.

Pagina Oficial:
http://www.cocker.com/es/home

 
Discografía:
1969- With a Little Help from My Friends
1969- Joe Cocker!
1970- Mad Dogs & Englishmen
1973- Something to Say
1974- I Can Stand a Little Rain
1975- Jamaica Say You Will
1976- Stingray
1976- Live in L.A.
1978- Luxury You Can Afford
1982- Sheffield Steel
1984- Off the Record
1984- Civilized Man
1986- Cocker
1987- Unchain My Heart
1989- One Night of Sin
1990- Joe Cocker Live
1992- Night Calls
1994- Have a Little Faith
1996- Organic
1997- Across from Midnight
2000- No Ordinary World
2002- Respect Yourself
2004- Heart & Soul
2007- Hymn for My Soul
2010- Mad Dogs and Englishmen