El personaje mas importante que surgió de las ruinas de The Velvet Underground (definidos como la primera garaje- band, el primer grupo de art rock y el primero en poner de relieve los aspectos negativos e inquietantes de la subcultura juvenil) fue sin duda Lou Reed, no sólo por su papel de protagonista en la escena musical de los años setenta sino también por la continuidad entre los momentos más felices de su carrera en solitario y la experiencia con la legendaria formación. The Velvet Underground, en efecto, había tenido en Reed su fundador, su líder, su principal compositor y su voz solista. No sorprende que tras su abandono, en agosto de 1970, el grupo entrase en una crisis irreversible. Lou inició la nueva década concediéndose un largo período de reposo en casa de sus padres, en Long Island, y trabajando de mecanógrafo en la empresa de su padre. Pero 'Loaded', el último álbum en estudio de Velvet Underground, obtuvo un discreto éxito comercial y el músico se convirtió en un objetivo interesante para las compañías discográficas. RCA lo localizó, lo contrató y lo envió a Inglaterra para realizar su primer álbum como solista. 'Lou Reed', publicado en mayo de 1972, era un álbum de transición, decepcionante en ciertos aspectos, y fue acogido con indiferencia por la crítica y el público. El disco carecía de inspiración, en parte por la inadecuada producción y por la incapacidad de los instrumentistas británicos reclutados (entre los que figuraban Rick Wakeman, Steve Howe y Caleb Quaye) para crear las atmósferas en las que hasta ahora se había desarrollado la personalidad del cantante y autor.
Entre los pocos temas convincentes, destacan 'Wild child' y 'Lisa says'. En 1972, cerrada la era hippie, estaba surgiendo en Gran Bretaña, por obra de David Bowie, Marc Bolan, Roxy Music, todos, en mayor o menor medida, influidos por el ejemplo de Lou Reed y The Velvet Underground (Bowie en particular había dedicado al grupo un tema de 'Hunky Dory', 'Queen bitch'), el glam-rock, en cuyo ámbito jugaban un papel importante la ambigüedad sexual, el gusto por la perversión, la crudeza y la artificiosidad de la realidad urbana. Reed encontraba este desarrollo totalmente idóneo para sus intereses: conoció a Bowie, que pertenecía a la misma compañía discográfica, y ésta le hizo volver a Londres para producir su segundo álbum. Bowie instigó a Reed a acentuar, en los textos y actuaciones, los comportamientos ambiguos y provocativos característicos de la factoría Andy Warhol. En Londres Lou aparecía en el escenario con los ojos y los labios pintados de negro, vistiendo un traje de terciopelo negro adornado con falsos brillantes; el álbum, 'Transformer' introduce explícitamente los temas de la homosexualidad y el travestismo, con los que el autor, que antes había mantenido las distancias a base de ironía y teatralidad, parecía identificarse. En el disco, la guitarra no brilla particularmente y la voz se esfuerza poco, pero Reed obtiene un inmejorable soporte en los arreglos realizados por Bowie y Mick Ronson, entre el rock'n'roll y el jazz, con una equilibrada dosis de temas lentos y rápidos.
Personajes extravagantes y anticonformistas emergen de los temas más logrados: el arrebatador 'Walk on the wild side', acertadísimo en el aspecto comercial (obtuvo gran éxito como single), 'Vicious', 'Make up' y los más simples, encantadores 'Satellite of love' y 'Perfect day'. En 1973 Lou Reed se convertía, por fin, en una estrella del rock. Pero su afianzamiento comercial se esfumó tras la publicación de 'Berlin', en otoño del mismo año, disco producido por Bob Ezrin. La música alterna intensos episodios orquestales, fragmentos de guitarra acústica e instrumentaciones rock, a veces descuidadas, (con la participación, entre otros, de Steve Winwodd, Jack Bruce y Aynsley Dunbar), llegando a extremos de fuerte emotividad, sobre todo en la segunda cara, hasta el punto de suscitar comparaciones con el primer disco de The Velvet Underground. 'The Kids', 'Men of good fortune' y 'Sad song' son los temas más representativos. Sin embargo, 'Berlin' fue maltratado por parte de la crítica y el público perdió el interés. Disgustado por tan negativa acogida hacia lo que consideraba su obra maestra, Lou imprimió un claro giro a su carrera. Abrazando por vez primera en toda su amplitud el lenguaje y las convicciones del rock, reunió una banda de corte heavy en torno a las encendidas guitarras de Dick Wagner (ex Frost) y Steve Hunter, ambos colaboradores suyos en 'Berlin', y volvió a proponer en directo, casi con intención divulgativa, los puntos esenciales de su producción con The Velvet Underground y en solitario.
La crítica se dividió: para algunos Reed había tocado fondo, masacrando sus más bellas composiciones con intrumentaciones ensordecedoras y banales; para otros el experimento resultaba revitaizante para un artista con demasiada frecuencia encerrado en sí mismo. La gira entusiasmó al público (mucho más amplio que el compuesto por seguidores de Velvet Underground) y permitió la grabación de dos álbumes en directo: 'Rock'n'roll animal' (1974), con 'Sweet Jane', 'Heroin', 'White light/white heat', 'Lady Day' y 'Rock and roll' y 'Lou Reed live' (1975) con 'Vicious', 'Satellite of love', 'Walk on the wild side', 'l'm waiting for the man', 'Oh Jim', 'Sad song'. El sonido es vigoroso y envolvente, el protagonista canta con convicción y energía: el documento sigue siendo válido hoy en dia. Desgraciadamente, condicionado por el éxito de ventas de 'Rock'n'roll animal', el artista pareció perder de vista sus exigencias y en 1974 grabó un disco pobre de contenido y descuidado en la realización, 'Sally can't dance', que irónicamente, confirmó su éxito comercial. Para desanimar de una vez por todas a sus fans, Reed publicó en 1975 el álbum doble 'Metal machine music': cuatro caras de ruidos generados por el "feed-back" entre amplificadores y micrófonos, sin voces ni instrumentos, cada una con una duración exacta de 16 minutos y 1 segundo. Un disco prácticamente inaudible, que poco tiempo después será retirado.
En 'Coney Island baby' (1976) Lou volvió a rasguear la guitarra, buscando un estilo más dulce pero asestando también algunos latigazos ('She's my best friend', 'Kicks'). Sin embargo, era el comienzo de un agotamiento creativo que marcó sus siguientes álbumes de los años setenta: 'Rock'n'roll heart' (1976), 'Street hassie' (1978), y 'The bells' (1979), con la participación de Don Cherry. La gira mundial de 1978 resultó más afortunada. Aunque sin sobresalir por encima de las cimas de las grabaciones relevantes de la década anterior ('Transformer', 'Berlin'), en los años ochenta Lou Reed sacó a la luz una producción discográfica más meditada y satisfactoria en su conjunto, hecho en el que influyó su vida privada: después de un primer matrimonio naufragado en 1973, Lou encontró a su compañera ideal en Sylvia, con quien se casó en 1980. El efecto positivo de esta relación ya se manifestó en el disco de ese mismo año, 'Growing up in public', en el que su fiel colaborador, el teclista y guitarrista Michael Fonfara, compuso la música, se ocupó de los arreglos, dejando al cantante libre para concentrarse en las letras (que profundizan eficazmente en los temas autobiográficos e introspectivos) y en las partes vocales (que ganan notablemente en expresividad, con una particular sensibilidad en el tema 'So alone'). Menos compacto musicalmente, pero excelente por los textos, de gran fantasía y otra vez con aspectos inquietantes ('Undemeath the bottle', 'The heroine', 'The day John Kennedy died'), 'The blue mask', de 1981, incluye al guitarrista Robert Quine, con el que Reed tocaba ocasionalmente en directo (una gira de 1983 está registrada en el doble álbum 'Live') y con quien también llevó a cabo 'Legendary hearts' (1983).
Un buen entrenamiento para el Lou instrumentista, hasta el punto de que en 'New sensations' (1984) es precisamente él quien sustituye a Quine. Homenajeado por un grupo debutante, Simple Minds, que incluyeron su versión de 'Street hassle' en el álbum 'Sparkle in the rain' (1984), Lou Reed disminuyó notablemente su actividad en la segunda mitad de los años ochenta, publicando un único álbum. 'Mistral', en 1986. Además, Reed realizó algunas colaboraciones de prestigio. En 'Lost in the stars', recopilación de canciones de Kurt Weill de la que se ocupó en 1985 el genial Hal Willner, sobresale entre artistas como Sting, Marianne Faithfull, Carla Bley, Tom Waits, Todd Rundgren y Charlie Haden, interpretando de forma memorable 'September song', de cuyos arreglos se ocupó él mismo.
En 1988 regrabó, junto a Sam Moore, 'Soul man', para la banda sonora de la película homónima. Ese mismo año, plagado de apariciones públicas en USA para Lou Reed, apareció 'Nothing but the truth', primer álbum en inglés de un músico panameño instalado en Nueva York, Rubén Blades, conocido por su compromiso político: para echarle una mano, además de Sting, Elvis Costello y James Ingram, encontramos a Lou, que en el tema 'Letters of the Vatican' interviene como coautor y guitarrista y participa en la producción y en los arreglos. Y finalmente, en 1989, Lou Reed vuelve al merecido éxito. El nuevo álbum se llama 'New York', y es un viaje por los vicios, públicos y privados, de la vida metropolitana. La abrasiva vena poética de Lou Reed es más vital que nunca; con el mismo lenguaje crudo y realista con el que Reed había cantado sobre la drogodependencia en 'Heroin', la ambigüedad sexual en 'Walk on the wild side' y la fragilidad de la esperanza y del amor en medio de las ruinas en la histórica 'Street hassle'. Las nuevas, grandes, canciones se llaman 'There is no time', 'Busload of faith', 'Hold on'. Reed recupera la energía de los "viejos tiempos" y el deseo de contar amores juveniles ('Romeo had Juliette') y las relaciones de pareja que se derrumban ('Endless cycle') en un mundo sacudido por el SIDA ('Halloween parade') y la miseria ('Dirty BIvd'). La música que acompaña a los textos es un rock árido y decidido. Los nuevos compañeros de camino de Lou Reed son el guitarrista Mike Rathke, el bajista Rob Wasserman y el batería Robert Medici.
En 2011 unió sus fuerzas a la leyenda de heavy metal Metallica para crear 'Lulu'. Posteriormente, Reed se sometió a un trasplante de hígado en la Clínica Cleveland en abril de 2013, y aunque posteriormente se proclamó su exito y su intención de volver a actuar y componer canciones, murió de enfermedad hepática en fase terminal en su casa de Long Island a finales de octubre de ese año.
Página Oficial:
http://www.loureed.com/
http://loureed.es/