La aparición de The Beach Boys al principio de los sesenta fue fundamental para atraer la atención hacia los jóvenes grupos que cantaban a un estilo de vida rico y libre. Con sus canciones sobre los nuevos mitos californianos: chicas tostadas por el sol, surf y coches, interminables días y noches veraniegas, The Beach Boys se convirtieron rápidamente en una auténtica institución americana. Su éxito fue enorme; ningún otro artista pop había hecho una música tan optimista, y el hecho de que aún hoy sus canciones evoquen sugestivas imágenes californianas de los sesenta es una demostración innegable de su fuerza. Como sus grandes rivales ingleses, The Beatles, The Beach Boys no eran amados sólo por la juventud: detrás de la aparente frivolidad sostenían valores conservadores en su conjunto, típicos del estilo de vida de los wasp, es decir, de los blancos anglosajones y protestantes. Musicalmente, su objetivo era la fusión entre el naciente rock'n'roll, la música surf y las ricas armonías vocales del doo-wop. No habrían podido conseguirlo sin la dirección de Dick Dale y de los grupos de surf instrumental, y ni siquiera sin el refinamiento de las armonías vocales de principios de los sesenta. El grupo expresaba mejor que nadie los matices de las emociones de los adolescentes, y, si bien se decantaban por la riqueza y la diversión exclusivas de California, ejercitaron una fascinación que superó en gran manera los confines del estado. Ninguna de sus fuentes de inspiración (Chuck Berry, los doo-woppers de color como The Platters, los grupos vocales blancos como The Williams Brothers) podía rivalizar con su riqueza expresiva y muy pocos estaban en posición de igualar el impacto de gran parte de sus canciones. Como músicos estaban en alza, como cantantes tenían el suficiente talento para vender, y su primer líder, Brian Wilson, supo combinar magníficamente esos elementos. En efecto, su música recalcaba sobre todo los efectos vocales, pero también instrumentalmente The Beach Boys desarrollaban un sonido a la altura de los coros. Cuando en 1964 obtuvieron su primer número uno en las listas de éxitos americanas, los acompañamientos eran muy diferentes de los habituales en las primeras grabaciones surf. Wilson había empezado a producir con su bajo Fender Jazz un sonido rico y rítmico, y la batería tenía un papel más importante; había mucha menos guitarra rítmica de lo habitual en la mezcla y los teclados iban emergiendo progresivamente hacia un primer plano. Los matices se volvieron muy importantes y el resultado, eficaz: una mezcla al mismo tiempo dulce e incandescente, un perfecto doo-wop unido a impecables acompañamientos instrumentales.
Pero el triunfo de The Beach Boys también fue su tragedia, ya que terminaron atrapados en el sonido y en la imagen que ellos mismos habían creado. Ni el público, ni su compañía discográfica, Capítol, les empujaban hacia un crecimiento o una maduración, e incluso en lo mejor de la carrera actuaban sobre la siempre rutinaria base de una selección de sus viejos éxitos que hablaban exclusivamente de surf ('Surfin', 'Surfin' safari', 'Surfin' USA', 'Surfer girl) mientras una análoga obsesión por los coches encontró salida en álbumes como 'Little deuce coupe'. Paradójicamente, sólo uno de los miembros era capaz de hacer surf y además parece ser que Brian Wilson tenía miedo al agua. Cuando Wilson decidió finalmente romper para siempre con las cancioncillas del principio encontró la resistencia del público, de las compañías discográficas e incluso de sus compañeros de grupo. Decidido a cambiar a toda costa, logró salirse con la suya. Intentando imitar los grandes éxitos de The Beatles, adoptó la técnica conocida como "muro de sonido" de Phil Spector, haciendo hincapié sobre complicados arreglos y armonías vocales entrecruzadas, y transformó a The Beach Boys en uno de los grupos más aventureros de los años sesenta sin alterar básicamente la esencia de su sonido. El fruto discográfico de tales cambios, 'Pet sounds', fue recibido con entusiasmo por la crítica, si bien inicialmente las ventas dejaron que desear; en la Navidad de 1966, la brillante 'Good vibrations' elevó a Wilson hasta la altura de Lennon y McCartney, demostrando al mismo tiempo la capacidad de The Beach Boys para producir música arrebatadora por su inmediatez y capaz de revelar nuevos detalles cada vez que se la escucha. Gracias a la incisividad de canciones como 'God only knows' y 'Good vibrations', The Beach Boys llegaron a amenazar la primacía de The Beatles en el referéndum entre los lectores de la revista inglesa New Musical Express.
Su futuro como grupo creativo y de éxito parecía estar asegurado. Desafortunadamente, su intento de crearse una nueva imagen fue finalmente frustrado por la crítica, que lo había reducido todo a la genialidad de Brian Wilson. Las presiones por un nuevo éxito a la altura de 'Good vibrations' fueron tales que retrasaron una vez más la salida del siguiente single 'Heroes and villains', y si bien la música estaba a la altura, esto repercutió en las ventas. Aún más alarmante fue el frustrado lanzamiento de 'Smile', el disco que debía ser para The Beach Boys el equivalente de 'Sgt Pepper's lonely hearts club band' de The Beatles. A causa de ciertos problemas dentro del grupo, este álbum nunca vio la luz. A fines de los sesenta, enmarcados por el naciente movimiento psicodélico de San Francisco, The Beach Boys perdieron los favores de la crítica y de una parte del público, a pesar de que hicieron más de un intento para salvar la caída; desgraciadamente, el trabajo más prometedor de esa época, 'Holland', publicado en 1973, fue inmerecidamente desvalorado e inevitablemente criticado a la vista de los resultados obtenidos por otros éxitos como 'Pet sounds'. Atormentados por el fantasma de Brian Wilson, de cuya vuelta a la formación se habló con frecuencia, The Beach Boys tuvieron éxitos de ventas sin precedentes gracias a recopilaciones antológi-cas de sus viejos temas. Las canciones de Brian Wilson, nacidas en la moda pasajera del surf, son piezas de época que conservan después de muchos años una innata fascinación universal. En los años sesenta, California era el más próspero de los estados americanos. La imagen que proyectaba era la de una vida sin complicaciones a base de sol, fiestas en la playa, veloces coches "trucados" y chicas guapísimas. El grupo que mejor representó la imagen californiana - y en parte contribuyó a crearla - fue The Beach Boys. El inicio de su andadura está en la amistad entre Brian Wilson (nacido el 20 de junio de 1942) y su primo Michael Love (nacido el 15 de marzo de 1941), surgida de la común pasión por el canto.
Con los hermanos más jóvenes de Brian, Dennis y Carl (nacidos el 4 de diciembre de 1944 y el 21 de diciembre de 1946 respectivamente), y con su amigo Alan Jardine (nacido el 3 de septiembre de 1942), los muchachos crearon un grupo musical del que después nacerían The Beach Boys. Al principio era más o menos un negocio familiar, con el padre de Wilson que hacía de manager y el hermano de Mike, Steve, licenciado en economía, que se ocupaba del aspecto financiero. Empiezan a funcionar en serio en otoño de 1961, cuando finalmente el grupo consigue los instrumentos: Carl toca la guitarra solista, Al la rítmica, Dennis se dedica a la batería y Brian al bajo, repartiéndose con Mike el peso de las partes vocales solistas. De todas maneras todos eran unos excelentes cantantes y además congeniaban muy bien. Wilson padre, que tenía un pasado relacionado con la industria discográfica, consiguió un primer contrato con el editor Hite Morgan, y, tras haber adoptado durante algún tiempo el nombre de Carl and the Passions y el de Pendelton, The Beach Boys empezaron su escalada hacia el éxito. El verano de 1962 puso de moda la música surf y The Beach Boys se encontraron en primera línea. Considerando al pop como un medio manipulado astutamente por los linces de la industria discográfica para vaciar los bolsillos a los adolescentes, debieron prever un efímero éxito para ellos cuando el segundo single 'Surfin' safari' llegó hasta el puesto número catorce de las listas de éxitos de Billboard. Sin embargo, esa canción, con sus riff a lo Chuck Berry y sus ásperas armonías vocales al estilo doo-wop de los años cincuenta, contenía todos los ingredientes de una receta musical sobre la que fundar una larga y aventurera carrera: en aquel verano el sonido único de The Beach Boys no podía fallar. El público quería despreocupación y nadie estaba en una posición mejor para darla que Brian Wilson: un chico regordete que nunca había montado sobre una tabla de surf. Efectivamente fue astuto al introducir en sus canciones las complementarias pasiones de los muchachos surfistas por los dune-buggies y los coches "trucados".
Con su rock'n'roll, Brian Wilson expresaba el sentir de California mejor que nadie, aunque cuando se basaba en sus propias experiencias los resultados eran mucho menos brillantes. En los felices y despreocupados primeros años sesenta, The Beach Boys aparecieron como la encarnación del sueño americano y de lo mejor de California. Transpiraban éxito, y en América el éxito es la medida para juzgar el mérito. La imagen que proyectaban tuvo el efecto de ocultar el cambio que, junto al resto de la juventud americana, atravesaron en la mitad de los años sesenta. Es sintomático que su versión de 'The times they are a-changin'' de Dylan, su primera concesión a la agitación social de la época, apareciera en un disco despreocupado como fue 'Beach Boys party' editado el año 1965. A pesar de su obstinada superficialidad, The Beach Boys estaban creciendo, y muy deprisa. A finales de 1965, gracias a una larga serie de giras agotadoras y a una docena de singles de éxito, habían realizado más de once álbumes, y Brian Wilson estaba comprometido como compositor de Jan and Dean. No era de sorprender que finalmente el miembro más vital del grupo se derrumbara. A causa de un agotamiento nervioso, Brian se retiró en diciembre de 1964 de la actividad en directo, dedicándose enteramente a la composición y a la producción discográfica. De ahí resultó una de las obras maestras más genuinas del rock'n'roll, 'Pet sounds'; por primera vez The Beach Boys abandonaban los sueños de los adolescentes para afrontar el tema de la desilusión que sigue a la entrada en la edad adulta. 'Pet sounds' también fue la última ocasión en la que el mayor de los hermanos Wilson logró concentrar su talento en un proyecto singular y verlo realizado. El continuo abuso de las drogas fue apagando progresivamente su talento creativo y 'Smile', trabajo que debía venir a continuación, basado en el eterno tema de los cuatro elementos (agua, aire, fuego y tierra), no llegó a ver la luz. El grupo, desorientado, dedicó a 'Good vibrations' y a 'Heroes and villains', los dos singles que siguieron al álbum 'Pet sounds', la atención que habría podido ser suficiente para un álbum.
El primer single les reportó la satisfacción de llegar por primera vez a lo alto de las listas de éxitos inglesas. El segundo, un incierto intento de legitimarse dentro de la corriente acida californiana (lo que podía haberse conseguido si Brian Wilson no hubiera rechazado actuar en el Monterey Pop Festival) fue acogido con menos entusiasmo. Pero el año 1967 se cerró con una nota positiva gracias al cautivador 'Wild honey', álbum que en parte rescataba el abandonado 'Smiley smile', con el que el grupo había intentado reciclar lo que se pudo salvar del naufragio de 'Smile'. Ya en 'Wild Honey' la mayor parte de las composiciones de The Beach Boys estaban firmadas por Wilson-Love, casi como si quisieran esconder el eclipse de Brian Wilson, que en directo había sido reemplazado por Bruce Johnston. Los limitados horizontes de Brian se podían intuir en una canción recogida en el siguiente álbum, 'Friends', que tiene el revelador título de 'Busy doin' nothin'', "ocupado en no hacer nada". Ahora el peso de la producción del nuevo material debía repartirse entre los otros componentes del grupo, y Carl, el más joven de los Wilson, pareció el más adaptado al trabajo. Apenas con diecisiete años cuando The Beach Boys habían alcanzado el éxito a escala nacional, Carl se había mostrado reacio a exhibirse en los primeros años de vida de la formación, pero durante los años sesenta indiscutiblemente había crecido como guitarrista. Mientras los otros componentes del grupo parecían incapaces de desprenderse de un antiguo cliché, él mostró con canciones como 'Feel flows' y 'Long promised road' (esta última fruto de un trabajo a cuatro manos con el manager de la banda, Jack Rieley) que poseía en parte el mágico toque de su hermano mayor. 'Surfs up', el álbum que sigue a 'Sunflower', deja entrever la implicación de The Beach Boys en la Meditación Trascendental; Love y Jardine estaban muy envueltos en la actividad de esta organización, de la que fueron maestros, y todos los demás utilizarán durante mucho tiempo sus técnicas. Dos músicos sudafricanos, Blondie Chaplin y Ricky Fataar, hicieron en este momento su ingreso en la formación en sustitución del Johnston y Dennis Wilson. La elección del material propuesto, llevada a cabo en los años setenta colectivamente por parte de los miembros del grupo, anda un poco desorientada.
Paradójicamente, la falta de nuevas producciones discográficas que sigue a 'Holland', grabado en Europa en 1972, y que dura tres años, ve reentrar a The Beach Boys con potencia en las listas de éxitos con dos antologías de viejos éxitos, 'Endless summer' y 'Spirit of America'. El regreso de Brian Wilson a la producción con '15 big ones' en 1976 hace pensar que el grupo tomará carrerilla, pero el álbum, al igual que los siguientes 'Beach Boys love you' y 'M.I.U. album', no era nada más que un placentero regreso a las influencias musicales más remotas de la banda, y entre bastidores sus componentes acentuaron sus diferencias y sus disputas. Bruce Johnston regresa como cantante y productor en 'L.A. (light album)', que marca el paso a Columbia con un contrato de ocho millones y medio de dólares. El disco obtuvo un gran éxito con 'Lady Linda', y un par de éxitos menores con 'Sumahama' y una versión disco de 'Here comes the night', pero puso a Carl Wilson en contra de todos sus compañeros. En 1981, tras su primera tentativa como solista (el convincente 'Carl Wilson', producción a bajo costo tal vez más incisiva que 'LA. (light album)' Carl lanza un ultimátum, amenazando con no dedicarse de lleno al grupo si no deciden producir un álbum con material nuevo y ensayar seriamente antes de las giras. Su reconciliación con The Beach Boys, confirmada por 'Keepin' the summer alive', parece haber hecho olvidar las paralizantes luchas internas de los años setenta.
Pero, en diciembre de 1983, The Beach Boys reciben un golpe decisivo cuando Dennis Wilson muere ahogado tras una enésima noche a base de estupefacientes. Desde este momento la vida para el resto del grupo se vuelve aún más difícil. Saldrán del trance actuando en el festival pro-Etiopia 'Live Aid', editando un nuevo álbum, 'Beach Boys' (1985), y colaborando con los divertidos Fat Boys, hasta que en 1989 consiguen llegar espectacularmente hasta el número 1 de las listas de éxitos con 'Kokomo', canción de la banda sonora de la película Cocktail. Con ese nuevo triunfo, y el de Brian Wilson con su álbum en solitario, y colaborando en diversos proyectos, como 'Folkways', tributo a Woody Guthrie y Leadbelly, The Beach Boys y Brian Wilson en particular parecen poder afrontar los años noventa con optimismo. La historia de The Beach Boys es en primer lugar la de sus componentes, pero en la aventura del grupo han participado activamente un verdadero ejército de músicos de estudio y una seleccionada troupe de colaboradores. El primer responsable del éxito del grupo fue el padre de los hermanos Wilson, Murray, que, precisamente gracias a una fallida carrera como cantautor en su juventud, conservaba un cierto número de relaciones en el ambiente musical. Instruyó a los muchachos con pulso firme y les infundió el entusiasmo necesario para conseguir un contrato con una de las grandes compañías cuando aún eran unos principiantes con un modesto éxito local. Pero no estaba preparado para ser el manager de un grupo de fama internacional, por lo que en 1964 fue sustituido.
En lo referente al aspecto compositivo, el primero de los colaboradores de Brian fue Carry Usher, con quien firmó canciones como '409' y 'In my room' y de quien aprendió lo fundamental para escribir música. Cuando, junto a la celebración del surf, The Beach Boys se hicieron intérpretes del culto a los coches preparados, entró en escena el disc-jockey Roger Christian, que colaboró en la redacción de las letras de temas como 'Little deuce coupe'. En 1963, Brian conoció a la entonces quinceañera Marilyn Rovell y a su hermana gemela, Diane; en el verano de 1964 produjo tres singles para su grupo vocal y a finales de año se casó con Marilyn. Desde entonces las hermanas Rovell fueron las protagonistas de la historia de The Beach Boys, como componentes del clan Wilson, contribuyendo a la gestión económica del grupo y sobre todo al interés musical de Brian. En los años setenta, The Beach Boys formaban parte de la limitada comunidad de la música surf, que comprendía también a Jan and Dean, a quienes prestaron algunas canciones y ocasionalmente su apoyo vocal, y Bruce and Terry. Cuando Brian abandonó los escenarios en 1964, fue Bruce Johnston quien lo sustituyó, tras un breve interludio con el célebre guitarrista de estudio Glenn Campbell. Las canciones de Bruce, como 'Tears in the morning' y 'Disney girls', no se encuentran entre las más incisivas de The Beach Boys, pero ciertamente el grupo le debe mucho por haber tomado a su cargo la producción de discos como 'LA. (light album)' y 'Keepin' the summer alive'. Sustituido en escena por Bruce, Brian queda libre para concentrarse en la composición de nuevo material para el grupo y para unirse a los exponentes de la contracultura de Los Ángeles. Entre ellos encontró a Tony Asher, un publicista que componía Jingles, a quien acudió en busca de ayuda tras el lanzamiento de 'Summer days (and summer nights)'. Asher compuso para Brian las letras de 'Pet sounds', un disco que generalmente ha sido considerado autobiográfico. Él mismo, describiendo su papel, recordará: "Sería honesto decir que el tono de las letras era el que él quería, mientras que la elección de las palabras corría de mi cuenta. No fui otra cosa que su intérprete". Juntos obtuvieron esa famosa simbiosis de poesía y de música que iluminó 'Pet sounds', pero su relación no duró mucho. Asher se quejó de los intereses extramusicales de Brian, sobre todo de su inclinación mística.
"Hacer música con él era un placer, pero toda otra relación era una pena", dijo a un periodista en 1975, añadiendo que Brian era un genio como músico pero como ser humano era sólo un aficionado (en lo sucesivo mantendrá que sus declaraciones fueron mal interpretadas). La siguiente colaboración de Brian, con Van Dyke Parks, fue totalmente diferente. Parks no se consideraba el intérprete de nadie, sino más bien un artista con todos sus derechos, y el proyecto 'Smile' fue dividido a partes iguales. Actor en la infancia, más tarde había estudiado composición, llegando a firmar música para películas de Disney; los textos que escribió para las frágiles y limpias melodías de Brian eran al mismo tiempo grandiosos y oscuros, llegando a ser estimulantes por sus sabios juegos de palabras. Si hubiera sido poesía habría sido criticada por su falta de coherencia; como textos para canciones, sus versos eran ampulosos y también un poco presuntuosos. 'Surf's up', canción que Brian y Parks escribieron en un día, fue considerada inicialmente como una especie de legendaria obra maestra perdida, convirtiéndose en un verdadero himno. Tampoco duró mucho esta colaboración; Brian preguntó a Parks qué intentaba decir con un verso particularmente críptico de 'Cabinessence', y este último, ofendido, lo dejó plantado para pasar a Warner Bros, con la que grabó 'Song cycle', su primer disco.
En los años que siguieron al truncamiento de 'Smile', cuando Brian Wilson era poco más que una espectral presencia en las sesiones de grabación de The Beach Boys, el grupo sentía la necesidad de producir material nuevo. En la primavera de 1968, Dennis Wilson llega a pagar a un amigo por lo menos cinco mil dólares por dos canciones. La primera, titulada Be still', aparecerá en 'Friends'. La segunda, originariamente llamada 'Cease to exist', será rees-crita y titulada en un principio 'Cease to resist' y después 'Never learn not to love', apareciendo al final en el álbum '20/20'. Aquel amigo era Charles Manson. La implicación de Dennis en la familia Manson fue breve pero intensa. En la época del terrible asesinato de Sharon Tate, esposa del director de cine Roman Polanski, perpetrado por Manson y otros fanáticos, Dennis no se vio implicado en el asesinato, pero tras el arresto de Manson tanto él como otros miembros de The Beach Boys fueron amenazados de muerte por parte de los seguidores de Manson. A principios de los años setenta, el grupo inició sus relaciones con Jack Rieley, que logró convencerles de que había ganado el premio Pulitzer como periodista antes de convertirse en dlsc-jockey. Rieley estaba mintiendo, pero antes de que The Beach Boys se dieran cuenta los ayudó a convencer al público americano de que la más hedonista de las bandas tenía una conciencia política y social. Condicionó con sus letras discos como 'Surf's up', 'Carl and the Passions', 'So though' y 'Holland', llegó a arrancar a Wilson la grabación original de 'Surf's up', provocó la deserción de Johnston y organizó la expedición de 1972 a Holanda que puso al grupo en graves dificultades económicas.
Para 'Carl and the Passions' y 'So though', The Beach Boys se apoyaron en Ricky Fataar y Blondie Chaplin, dos sudafricanos; la iniciativa se atribuyó a Rieley, que había querido dar al grupo una imagen más cosmopolita, pero la verdad es que Flame, la formación de la que procedían, estaba bajo la protección de Carl Wilson. A mediados de los años setenta, James William Guercio entró temporalmente como bajista y manager, pero después los supervivientes de la formación originaria de The Beach Boys sólo contarán con sus propias fuerzas.
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