febrero 06, 2014

The Clash


Si Sex Pistols fueron los iniciadores del punk, el violento portavoz del movimiento que entre 1976 y 1979 pulverizó los convencionalismos del rock, The Clash fueron los ideólogos, los estrategas conscientes e impetuosos de los nuevos sonidos. The Clash se propusieron transformar un movimiento anárquico en algo organizado y duradero. No lo consiguieron, porque era imposible: la historia enseña que siempre que una nueva oleada rock supera las dificultades iniciales y alcanza el éxito después pierde su fuerza. Su impacto disminuye en favor de una mejor elaboración artística. Esto también le sucedió a The Clash: a medida que sus canciones eran más aceptadas, se hacían más bellas, pero perdían garra. Más que otros grupos, The Clash intentaron continuar en los años ochenta aquello que habían iniciado en los setenta, pero ni siquiera ellos pudieron resistir a los cambios artísticos y políticos. En 1982 editaron un álbum que se titulaba 'Combat rock', pero su empuje original se había amortiguado y The Clash habían agotado su ciclo artístico.

The Clash nacieron en junio de 1976, de la amistad de dos estudiantes de arte: el guitarrista Mick Jones, nacido el 26 de junio de 1955, y el bajista Paul Simonson, nacido el 15 de diciembre de 1955. Antes, en marzo de 1975, Jones había formado London SS y entre los músicos que había conocido estaban Simonon y dos baterias Terry Chimes y Nicky "Topper" Headon, nacido el 30 de mayo de 1955. Tras unos meses de actividad con London SS, Jones dejó el grupo y, junto a Simonson, comenzo a estudiar nuevas ideas. Aqui entró en escena Joe Summer, seudonimo de John Mellors, que había tocado en una banda de rhythm and blues, 10lers, grabando incluso un single, 'Keys to your heart' pero que en seguida abandono el grupo: "Había comprendido que el rythm and blues estaba muerto", declaró. En agosto de 1976 The Clash son cinco: Strummer, Jones, Simonon, Terry Chimes, que en el primer álbum firmó como Tory Crimes, y el guitarrista Keith Levine. Tras un intenso período de ensayos, The Clash iniciaron su rodaje con la ayuda del manager Bernie Rhodes, amigo de Malcolm McLaren, el hombre que habia llevado al éxito a los Sex Pistols.

Junto a otros muchos grupos The Clash participaron en el Punk Festival que se celebró en el '100 Club" de Oxford Street, atrayendo la atención de los ejecutivos de las compañías discográficas. Mientras los Sex Pistols iniciaban su famosa odisea por varias compañías discográficas, The Clash firmaban un contrato con CBS, una de las más importantes multinacionales de las comunicaciones. En apariencia era una contradicción, porque el punk nació como oposición artística contra las directrices musicales de la gran industria, pero en realidad The Clash se mostraron muy eficaces a la hora de imponer sus propias ideas a la compañía discográfica, sobre todo cuando se trataba de establecer el precio de los discos múltiples de su período más próspero, 'London calling' y 'Sandinista!'. Después de una clamorosa gira con Sex Pistols, el famoso "Anarchy Tour", The Clash publicaron su primer álbum, 'The Clash', en abril de 1977. El efecto sobre el público y la crítica fue fenomenal: las quince canciones del álbum parecen rasgadas con rabia, fruto de una urgencia expresiva que era la característica más evidente del grupo. "Aquellas primeras canciones (explicó algunos meses después Joe Strummer), las habíamos grabado de golpe, casi ferozmente. Era como si de un momento a otro la policía fuese a hacer irrupción en el estudio. Sentíamos una rabia y una prisa insoportables. Aún hoy me asombra que al final haya salido algo bueno de aquello".

Inevitablemente, la policía también figuraba en el disco: en la contraportada The Clash insertaron la foto de un choque entre policías y manifestantes. El clima del disco es tenso, amotinado, arrancado de los aullidos de las sirenas: 'Jail guitar doors', 'I fought the law', 'White riot' y 'Police & thieves' afrontan directamente el tema de la relación con las instituciones en un clima caldeadísimo por los choques raciales y de clases, en el alba de la era Thatcher. EI disco contiene algunos de los clásicos fundamentales de The Clash, temas como 'Clash city rockers', 'I'm so bored with the USA', 'White man in Hammermith Palais' y 'Garageland'. Los fragmentos instrumentales son muy breves, pero bastan para demostrar al público y la crítica que The Clash saben qué hacer con los instrumentos, aunando calidad y energía. Las señales de batalla no se debilitaron ni un ápice en el siguiente álbum, 'Give 'em enough rope' (noviembre de 1978). El disco llegó al segundo puesto de las listas. Su línea sonora prolongaba la del trabajo precedente: canciones furibundas que impactaban en las vísceras y los oídos. Las letras se inspiran en una situación de continua efervescencia y los títulos hacen pensar en un imaginario boletín de guerra: 'English civil war', 'Guns on the roof', 'Gates of west', 'Last gang in town', 'Stay free' y la famosa 'Tommy gun', uno de los temas más bellos de todo el repertorio de The Clash.

El creciente éxito causó fricciones dentro y fuera del grupo. Strummer y compañía comenzaban a preocuparse por salvaguardar su credibilidad y su autonomía artística y política. El ejemplo de Sex Pistols era poco aconsejable: revelaba el peligro de ser anulados por la industria musical; el tema 'Complete control', del primer álbum, trataba precisamente esta cuestión. Por otra parte, la producción de Sandy Perlman para 'Give 'em enough rope' suavizó demasiado el sonido del grupo. Tambien surgieron tensiones con el manager, Bernie Rhodes, quien en octubre de 1978 se había distanciado de ellos, provocando una batalla legal que se prolongó hasta que, en 1981, Rhodes fue reclamado por Strummer. Durante un par de años la periodista Caroline Coon fue manager del grupo. A pesar de los problemas derivados del exito y de la voluntad de no abandonar su condicion de guerrilleros del nuevo rock, The Clash lograron realizar la obra cumbre de su discografía. En 1979 publicaron el doble álbum 'London calling', que llegó al undécimo puesto en Gran Bretaña y cuyo tema homónimo ocupó, a inicios de 1980, la primera posición de la lista de singles. A partir de la propia portada del disco, que recuerda mucho en la selección de los caracteres tipográficos y en la foto en blanco y negro al primer álbum de Elvis Presley para RCA, 'London calling' es un chapuzón en el verdadero rock'n'roll. No es que el punk haya quedado olvidado, pero en los 18 temas se respira un aire más global: rockabilly ('Hateful'), ska ('Rudy cant Tall'), balada ('Spanish bombs'), etc.

Vendido a precio especial, decisión que produjo nuevas tensiones con la compañía discográfica, 'London calling' es aún hoy el disco que representa mejor a The Clash y a su tiempo. Únicos supervivientes del período 1976/78, The Clash recogieron los frutos de su trabajo sin ceder ni un centímetro en sus ideas. 'London calling' no es un disco "suavizado" en sus contenidos, sino que estos contenidos se hacen más vivos y óptimos. Cuadro atestado de sensaciones, slogans, impresiones, frases dichas al vuelo, 'London calling' sólo falla en su aspecto de manifiesto de lucha, limitación que enseguida resultó evidente para los propios Clash, pero que en el período de su publicación no fue objeto de muchos comentarios. Cantando contra el imperialismo americano, acunando la idea de una nueva revolución del proletariado juvenil en base al rock'n'roll, tocando en los conciertos con la bandera de las Brigadas Rojas a sus espaldas, The Clash escenificaban el malestar sazonándolo con ingredientes políticos a menudo recogidos de las zonas más candentes del globo. Es lógico que todo el mundo eligiese a The Clash como representantes de un nuevo rock portador de cambios, papel que luego asumieron, con otras características, U2. No sorprendió que en 1980 The Clash volvieran a lanzar sus propuestas músico-ideológicas publicando el triple álbum 'Sandinista!' también a precio especial, impuesto después de una larga discusión con la compañía discográfica.

Un hilo rojo empalma directamente 'London calling' con 'Sandinista!' constituyéndose en su natural consecuencia. Un hilo rojo anudado en torno a 36 canciones, no todas de alta calidad como es natural en un número tan elevado de composiciones, pero indisolublemente ligadas al sentimiento de revuelta que The Clash propugnaban. Por ironías del destino, a pesar de ser un álbum íntimamente antiamericano, 'Sandinista!' fue un gran éxito de ventas en Estados Unidos, gracias también a un más amplio contacto del grupo con expresiones sonoras multirraciales (club, rap, blues). Con tanta carne en el asador, 'Sandinista!' no es, desde luego, un álbum fácil. A veces su desarrollo es oscilante como el termómetro de aquel calor expresivo que querían transmitir. Otras veces es desconcertante y desordenado: la primera cara, por ejemplo, pasa de un rockabilly a lo Presley ('The leader') a la balada épica ('The magnific seven') y al reggae ('Junco partner'). Otros temas que se hicieron famosos fueron el bellísimo 'Someboby get murdered', 'The call up', 'Washington bullets', 'Police on my back' y 'Rebel waltz'. 'Sandinista!' es el álbum fotográfico de toda una generación en el umbral del nuevo decenio. Y como en todo álbum algunas de las fotografías están desenfocadas y otras no son perfectas: pero lo que realmente cuenta es el efecto final, el retrato colectivo que se impone: la cubierta que representa a los cuatro de espaldas al muro, como a punto de ser fusilados. 'Sandinista!' es la imagen exacta de los últimos destellos del punk.

Entre 1980 y 1981 el grupo llevó a cabo una gran gira mundial que obtuvo un exito clamoroso. Su talla profesional, a pesar de ellos mismos, había progresado. Mick Jones llegó a producir el disco 'Spirit of St Louis', de la cantante americana Ellen Foley, su protegida de entonces; en este álbum muchas canciones son fruto de la colaboración entre Strummer y Jones. La gira mundial concluyó con una noche apoteósica en el Lyceum de Londres, en donde The Clash se presentaron con un pintor de graffiti procedente de Nueva York. La prensa británica no escatimó sus críticas al grupo, acusándolo de volcarse cada vez más hacia el mercado americano. Esta es una vieja historia que siempre se repite entre los músicos rock y la prensa británica, celosa de ver cómo se le van de las manos los personajes que ha contribuido a popularizar. Y, en efecto, el siguiente álbum 'Combat rock', puede ser definido como un disco "americano": los sonidos son pulidos y compactos, ideales para pasar a través de las selectivas emisoras de radio estadounidenses; además, contiene un clásico tema de impacto, 'Rock the casbah'. Todo el disco es profunda y agresivamente típico de The Clash. La canción inicial, 'Know your rights', por ejemplo, es la afirmación sin medias palabras de los derechos de toda persona sobre la faz de la Tierra. En 'Should I stay or should I go' canta también el guitarrista tejano Joe Ely; en el reggae 'Ghetto defendant' participa el poeta beat Allan Ginsberg.

'Combat rock' es pues un disco tercermundista, aunque alegre en su estilo multisonoro. También es el último disco de The Clash con la formación que el público de todo el mundo había aprendido a conocer. En efecto, ya antes de la publicación del álbum las tensiones internas del grupo habían llegado a un grado máximo. En un cierto punto Joe Strummer se esfumó, y hubo que anular una importante gira inglesa; después, el errante Strummer regresó, pero entonces Topper Headon anunció su deseo de abandonar el grupo. Durante algún tiempo fue sustituido por Terry Chimes, que había tocado con el grupo en sus inicios, y después, en mayo de 1983, por Pete Howard. Pero los ambios no acabaron aquí. En septiembre de 1983 Strummer y Simonon reconocían públicamente haber "despedido a Mick Jones porque se había distanciado totalmente de la idea originaria de The Clash". La separación, naturalmente, no estuvo exenta de tensiones. Llovieron las declaraciones y acusaciones entre ambas partes, y la ruptura resultó definitiva. Así, a principios de 1984, The Clash se embarcaron en una nueva gira mundial con dos nuevos guitarristas, Vince White y Nick Sheppard, y con esta misma formación grabaron el último álbum del grupo, 'Cut the crap', que se publicó a finales de 1985.

Este es un disco secundario, menor: el sonido sigue siendo el de The Clash pero parece que los músicos se divirtieran más imitándose a sí mismos que explorando nuevas posibilidades de una fórmula que tanto había dado al rock de los últimos años. Pero si la carrera de The Clash había llegado a su fin, los músicos siguieron sus caminos por separado: Mick Jones, organizó inmediatamente un nuevo grupo, Big Audio Dynamite, abreviado B.A.D., multicolor y multisonoro, que en 1985 grabó el álbum 'This is Big Audio Dynamite'. Pero la noticia clamorosa se produjo un año después cuando para el nuevo álbum de B.A.D., 'No. 10, Upping St', Jones contó como productor con su amigo-enemigo de los últimos años: Joe Strummer. En muchas de las canciones del álbum, escritas por los dos, se encuentra la fascinante huella de The Clash. El experimento no se repitió en 1988 para el tercer álbum de B.A.D., 'Tighten up vol. 88', que sin embargo, asistió al retorno de Paul Simonon en la inédita condición de ilustrador de la portada. En 1989 Mick Jones produjo con Bill Price 'Megaton Phoenix'. Por su parte, Strummer se dedica a hacer música para películas; ha realizado 'Walker', banda sonora de la película homónima.

Pagina Oficial:
http://www.theclash.com/