febrero 20, 2016

Juan Perro


Juan Perro es el álter ego de Santiago Auserón (Zaragoza, 1954), uno de los nombres propios del rock español tanto por su exitosa trayectoria con Radio Futura, como su más minoritaria (pero no por ello menos interesante) andadura en solitario.

Hombre inquieto y docto en letras, licenciado en Filosofía, Auserón decidió volver a España y abandonar la idea de ser profesor en París, bajo la influencia de los discos de Elvis Costello o Talking Heads, según el mismo confesaba. “Sentí una especie de llamada de la tribu que me obligaba a venir hacia atrás, hacia Madrid, y tuve claro que, como aficionado a cierta suerte de filosofía y literatura, iba a encontrar experiencias más próximas a lo que estaba buscando dentro del rock español de aquellos años”.

Junto a su hermano Luis y Enrique Sierra fundó Radio Futura, una de las mejores bandas de la historia del rock en castellano. La calidad de la banda y su ambición creativa no pasó desapercibida ni para los críticos ni para el público. Entre 1980 y 1992, Auserón y sus compañeros alcanzaron la notoriedad con grandes canciones como “Enamorado de la moda juvenil”, “Veneno en la piel”, “Escuela de calor” o “Semilla negra”. Esta última pieza ya permitía comprobar la querencia del vocalista y compositor por los ritmos latinos.

El éxito de Radio Futura acabó por ser una de las causas de la disolución del grupo, cada vez más preso de compromisos comerciales. La banda decidió el fin del trayecto, según relata Auserón, tras “preguntarnos si era más importante asegurar la pasta o la emoción por la música y un trato más familiar entre nosotros. Y creo que acertamos”. El músico zaragozano se embarcó en 1993 en una gira con su amigo Kiko Veneno, que venía de publicar el maravilloso “Échate un Cantecito” (BMG / Ariola, 1992).

Auserón apostó por dar rienda suelta a sus inquietudes latinas y escapar un poco del bullicio al abrigo de un nuevo alias, Juan Perro, al que ya había aludido en un disco de Radio Futura de 1987 -“La Canción de Juan Perro” (Ariola, 1987)-. Se definía así como un trovador errante, “el primer alumno español del son cubano”, que pretendía hermanar su herencia rockera con la tradición musical de la isla, de la que era un ferviente admirador desde su primera visita, en 1984.

El excelente “Raíces al Viento” (BMG / Ariola, 1995) fue la primera entrega, y a pesar de que los últimos discos de Radio Futura dejaban entrever una cierta senda, pareció coger desprevenidos a los seguidores de la banda. El álbum cosechó buenas críticas, pero también cierta incomprensión, a pesar de contar con canciones incontestables como “Cozumel” o “El barco de agua”. Producido por Joe Dworniak y grabado entre La Habana y Londres, “Raíces al Viento” tiene un sonido excelso y es rico en matices y colaboraciones de músicos de renombre.

Auserón siguió perfeccionando su estilo en “La Huella Sonora” (BMG / Ariola, 1997) e incorporando canciones de excepción a un repertorio cada vez más sólido en solitario. “Señora del mar” o “El agua de los ríos” demostraban que el aragonés seguía suelto por el nuevo camino que había trazado.

Sin embargo, el éxito de ventas no acompañaba la buena línea creativa del autor, inmerso también en la producción de referentes de la música cubana como Compay Segundo, y para el siguiente disco hubo cambios. El primero, de discográfica. Fue DRO / EastWest la que publicó “Mr. Hambre” (DRO / EastWest, 2000), un álbum grabado de forma casera e independiente y en el que Juan Perro se acercó al rock, haciendo especial hincapié en las letras. Un trabajo menor comparado con sus dos hermanos, aunque temas como “Charla del pescado” -que podría estar en cualquier disco de Radio Futura- fueron bien acogidos por el público.

La siguiente parada sería “Cantares de Vela” (La Huella Sonora / GASA, 2002), en la que Auserón trató de sentar las bases de una suerte de soul latino. Canciones como la inolvidable “No más lágrimas” demostraron que tenía el talento suficiente para lograrlo.

Juan Perro tardó nueve años en entregar su nuevo trabajo, “Río Negro” (La Huella Sonora, 2011), con la autoproducción como bandera, aunque durante ese periodo Santiago Auserón editó dos discos bajo su nombre: uno de versiones de clásicos traducidos del inglés al castellano junto a su hermano Luis, “Las Malas Lenguas” (La Huella Sonora / GASA, 2006), y un directo, “Canciones de Santiago Auserón con la Original Jazz Orquestra del Taller de Músics” (La Huella Sonora, 2008), que se vendió junto con el diario El País.

Al margen de estos dos discos, durante casi una década el músico se dedicó a identificar las conexiones entre la tradición del son rural cubano y la del blues rural norteamericano, buscando puntos de encuentro y tratando de adaptar ese espacio sonoro a la rima castellana. “Río Negro”, un trabajo maduro, muestra los resultados de esta nueva vía de investigación.