Los Íberos es otro de los grupos fundamentales de la década de los 60 en España. Su material no fue muy abundante para el largo período que estuvieron activos (nueve sencillos y un LP en unos doce años) por multitud de factores, pero algunas de sus canciones se encuentran entre las imprescindibles y, aunque ya queda muy lejano, aún hay quien les recuerda por ser uno de los mejores en directo de entonces, alabado incluso por sus propios compañeros de profesión.
Si bien su actividad discográfica se inicia en 1968, Los Íberos como tal se fundaron ya en 1961 en Málaga con Enrique Lozano a la cabeza. En esos años el grupo sufrió muchos cambios en sus filas; de un inicial quinteto que contaba con saxofón y teclados, se derivó la definitiva en cuarteto típico de banda de rock. De aquellas formaciones iniciales hasta la que podríamos considerar la “clásica” de Los Íberos solo se mantuvo Enrique y, eventualmente, el batería José Castillo Ruiz. El principal factor de esos cambios se debió a que la banda fue contratada para actuar en Londres y otros puntos de Europa y la mayoría de los miembros se quedaron por ahí mientras que Lozano volvió a España. La experiencia londinense le había servido a Enrique para darse cuenta de que su repertorio (fundamentalmente música ligera y versiones de The Beatles) no les iba a llevar a ningún lado y que necesitaba material propio. Así que al llegar reformó la banda que, tras una serie de pequeños cambios -destacando el breve paso por el grupo de Paco Paco a la batería-, quedó en la definitiva: el propio Enrique, Adolfo Rodríguez (guitarra y voz),Diego Cascado (batería, ex-miembro de Los Buitres) y Cristóbal de Haro (bajo, procedente de Los Flames). Posteriormente, y debido a las obligaciones militares de dos componentes, Enrique -Quique- Pérez Santana (llegado de Los Continentales) suplió a Cristóbal y José Castillo volvió a la batería durante ese tiempo. El caso es que esa formación marcha a Madrid y al poco tiempo consiguen un contrato para intervenir ¡cada semana! en el programa de televisión Escala en Hi-Fi, donde hicieron versiones de temas de éxito del momento. Así estuvieron un año, con lo que cosecharon una enorme popularidad.
Todo apunta a que Los Íberos van a ser la next big thing, pero la fatalidad les asalta ese mismo 1967 con un grave accidente de tráfico en el que murió el conductor del vehículo. Todos los miembros del grupo salen vivos, pero las secuelas les deja fuera de combate durante una buena temporada y retrasa los acontecimientos.
A pesar de su popularidad, enorme, Los Íberos no tiene material discográfico por una sencilla cuestión: quieren que su disco se grabe en Londres, con buenos medios, como condición sine qua non. Detalle revelador: un grupo que realmente trabajó para conseguir sus objetivos y no se conformó con medias tintas. Y como no pasan por el aro, finalmente lo consiguen. “Los Íberos” (Columbia, 1969) fue el único disco de un grupo español de aquel entonces grabado enteramente en la capital británica. Antes de ello ya se publicaron algunos sencillos cuyo contenido fue igualmente incluido en el LP. De todos ellos destaca el primero,“Summertime Girl / Hiding Behind my Smile” (Columbia, 1968), con dos canciones escritas por Tony Waddington y Wayne Bickerton -que habían trabajado con populares artistas anglosajones; Tom Jones, por ejemplo- y que es uno de los picos delpop hecho en los 60 en España.
Del mismo modo, otro síntoma de su popularidad es su intervención en dos películas. "Un, Dos, Tres, Al Escondite Inglés" (1969) de Iván Zulueta, en la que comparten cartel con otros grupos punteros del momento, y “Topical Spanish” (Ramón Masats, 1969), que protagonizan ellos junto a Guillermina Motta. Sin embargo, cansado y aún dolido de las secuelas del accidente, Lozano decide abandonar el grupo, siendo sustituido por Anselmo José Fernández. A partir de ahí la trayectoria del grupo irá en declive. Publicarán un single por año hasta 1973, momento en el que la banda pone fin a su carrera. Al año siguiente, Adolfo pasaría a formar parte de otro de los grupos míticos de nuestra historia, Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán. De los demás músicos que pasaron por la banda, Quique se forjaría una prestigiosa carrera como músico de estudio en los 70, involucrado en discos de Hilario Camacho o Dolores, mientras que Cristóbal sustituyó a José Belmonte en Los Puntos durante una temporada y formó parte de Frenos. Finalmente, el que fuera alma del grupo, Enrique Lozano, siguió entre las bambalinas del mundo musical hasta 1984, pero en 2008 editó un disco en solitario que, entre otras, incluye “Corto y ancho”, uno de las mejores canciones que escribió para Los Íberos.