febrero 07, 2016

Los Puntos


En estas cosas de la música a veces ocurren milagros. Pues milagroso resulta que un grupo de muchachos que forman un conjunto para amenizar los bailes en un remoto pueblo de la España profunda lleguen a ser uno de los grandes grupos de la historia del pop español. Sus primeras actuaciones datan de 1967, el pueblo se llama Cuevas del Almanzora y el conjunto se bautiza como Los Puntos…el resto, una leyenda de moros y cristianos.

Los cinco se conocen desde la infancia, como cabe suponer entre vecinos de una localidad que por entonces no llegaba a los cinco mil habitantes. La cabeza del grupo es Pepe González Grano de Oro (guitarra). Con él, su hermano Alfonso (cantante), el bajista José Belmonte, el teclista José Antonio Martínez y Agustín –Tato- Flores en la batería.

Sus inicios son, como todos en esos tiempos, haciendo covers de las canciones de moda, que interpretaban en los bailes dominicales de su tierra almeriense. Pronto deciden que si quieren llegar a algo deben componer sus propios temas y darse a conocer fuera de su provincia. Viajan a Madrid. Su calidad e ideas no pasan desapercibidas en las pocas oportunidades que se les brindan. Polydor los va a fichar en 1969 y ese mismo año aparecerá su primer sencillo: “Miguel / Allá en el Mar” (Polydor, 1969). Pasa totalmente inadvertido. Los Puntos aparecen como un grupo tosco, de instrumentaciones un tanto recargadas y con un estilo cercano a Los Bravos. Al año siguiente, van a conseguir su primer éxito; al menos un éxito relativo. “Good Morning” (Polydor, 1970) con el que van a aparecer por primera vez en una lista de venta, aunque alejados de los puestos cabeceros. En su sello andan locos por encontrar unos nuevos Fórmula V y su estilo se parece en ese momento bastante a este grupo, de los que se van a convertir en serios rivales, compitiendo por el mismo amplio sector de público.

Van a producirse dos cambios fundamentales, entrando en la formación el cantante José Pérez y el teclista Eduardo Sánchez-Manzanera que van a cambiar sustancialmente el sonido del grupo. Pero el asunto no va a ser fácil, pues durante el año 1971 van a publicar algunos singles bastante mediocres, hasta que llega “Magdalena / Arco Iris” (Polydor, 1971) que vuelve a llevarlos a las listas. A partir de ese sencillo van a comenzar a dibujar un sonido propio basado en canciones a menudo cantadas a dos voces, intervenciones ornamentales de los teclados más modernos del mercado y una pareja rítmica que empuja los temas como una biela incansable.

El grupo sigue fiel a sus raíces y continúa residiendo habitualmente en su pueblo. Desde allí crean algunos de los temas más recordados de la década de los 70. Su primer hit será “Cuando Salga la Luna” (Polydor, 1973) con la que alcanzarán el top 3 de ventas nacionales. Ese mismo año publicarán su primer long play de título homónimo al del citado single. A partir de ahí, Los Puntos van a realizar sus mejores canciones, introduciendo elementos arábigos en la instrumentación y las melodías sin perder un ápice de la fresca comercialidad que caracterizaba sus temas. Antes de finalizar 1973 tendrán el doloroso honor de ser el único grupo participante en el homenaje póstumo a Nino Bravo, celebrado en la plaza de toros de Valencia.

Su mejor año sería justo el siguiente con temas como el pachanguero “Esa Niña que me Mira” (Polydor, 1974) o la memorable“Llorando por Granada”(Polydor, 1974) en la que se reúnen en poco más de tres minutos las influencias arábigo-andaluzas y el pop alrededor de una letra que es casi una lección de historia. Ambos discos rozan el número uno absoluto de ventas sin llegar a conseguirlo. Por ese mismo camino de las raíces árabes traídas a las propuestas del pop más comercial, llegarán poco después otras canciones importantes del grupo, como ese himno costumbrista rural titulado “Feria”, “Tierra cristiana” o “El sur”,con el que por fin lograrán el esquivo puesto cabecero de Los 40 Principales, a pesar de no ser de lo mejor de su producción. Así de caprichoso es esto de los rankings de popularidad y ventas.

En 1978 cerrarán su carrera sin grandes alardes ni despedidas. Simplemente, sus propuestas musicales habían quedado agotadas. Pero pronto tendrían continuación, pues Pepe Grano de Oro, Belmonte, Tato Flores y Eduardo formarían Almanzora, un grupo bautizado con el nombre del río de su pueblo, emparentado con el rock andaluz. Bajo ese nombre grabarían varios LP en los siguientes años y se convertirían en uno de los grupos principales de dicha especialidad.

Cuevas del Almanzora nombraría en 1998 a los componentes del grupo hijos predilectos en un homenaje en el que literalmente participó el pueblo entero. Por otra parte, Los Puntos aparecen también entre los 100 personajes almerienses más importantes de todo el siglo XX.

Ya en el actual siglo XXI, los hermanos Grano de Oro rehicieron el grupo y en 2008 dieron una gira por todo el país. Pero este regreso se vería ensombrecido por el fallecimiento en julio del 2007 de Tato, el batería, muerto de un infarto mientras practicaba la espeleología en una de las muchas cuevas que denominan a su localidad natal. Dos años después le seguiría Eduardo.

No sería justo meter a Los Puntos en el saco de los conjuntos horteras de los primeros 70, pues si bien algunos de sus temas buscan descaradamente la comercialidad en la misma onda que Los Diablos o Fórmula V, en sus últimos años compusieron temas de una calidad notable en los que fusionaron músicas muy diversas sin caer nunca en la pedantería o la pesadez.