Nacido en 1951 en Benquerencia de la Serena (Badajoz), pero pronto gato de adopción via el agreste barrio de Lavapiés, José Manuel de Tena Tena, sufrió el flechazo del rock 'n' roll cuando pudo extasiarse con la frenética "A hard's day night" de The Beatles. Ahí, el joven Manolo de catorce años fijó sus ojos dubitativos en el locuelo de John Lennon y decidió que eso era todo lo que quería ser: un músico entregado que componía sus propias canciones, derrochando carisma y alternativa a la cuadrada realidad, alguien enfrentado, siempre anticipando la respuesta. Otra de las musas, quizá más importante, fue el mar bravo de Alicante en un viaje organizado -¿una primera impresión para el "Llévame hasta el mar"?-.
El joven Tena se pone a currar de lo que surge: botones, aprendiz de imprenta, camarero, dibujante, vendedor... y con lo que le sobra lo invierte en discos y libros; poesía y rock avivan la zarza ardiente de sus sueños adolescentes. Podemos hablar ya de John Mayall, Darío, Zappa, Machado. De manera autodidacta empieza a dibujar sus primeros acordes con una guitarra de palo. Manolo milita en Spoonful, muy underground y con versiones de lo que pescan por el aire. Sufre la maldita mili con sus tiempos y aparece como hard bass en el disco "Babel" (Ariola, 1975) de Aute. Esto marca la refundición de Spoonful en Cucharada, idas y venidas en el colectivo trémulo de Lacochu (mayo del 77), maquetas y su primer EP para Chapa, "Libertad Para Mirar Escaparates / Social Peligrosidad" (Chapa, 1978). Como ya comentamos por aquí, los Cucharada afilaron bien el punzón: su peligrosidad social apuntaba directamente a la Ley Fraga, lo que les traerá a la postre pequeños percances radiofónicos.
22 de Septiembre del 78, Rocktiembre: Leño, Topo, Coz, Cucharada, Mad y, atención, Teddy Bautista, supone el pequeño pistoletazo de salida; allí nadie pagó la entrada y, como siempre pasa, se confunden idealismo y revolución. Cucharada golpeó con su esquizo "Compre" y "Madrid", y si acudimos al testimonio videográfico "Nos va la Marcha" (Manu Berasategui, Raimundo García, Manuel Gómez Pereira, 1979), se nos muestra un Manolo Tena en plan Janis Joplin de lo más bizarro en la canción de cierre. Aquello acabó de parir el atrevido y cañí "El Limpiabotas que Quería ser Torero" (Chapa, 1979), otro de los imperdonables olvidos de la crónica rock de este país.
Manolo Tena juega a ser Lolilla Cardo; quizá a primera vista su look nos recuerde a Kiss, pero el referente carnavalesco toma a Linsday Kemp y al grupo teatral Tábano. Teloneados por Kaka de Luxe, teloneando a Chuck Berry, su siguiente parto acabó por romper la baraja: "Quiero Bailar Rock and Roll" (Chapa, 1980) cedía a las presiones de la posmodernidad impuestas por Zafiro (ya se vislumbraba el plasticazo de La Movida). Si a ello sumamos la sombra de la fiebre Tequila y el avituallamiento más rococó de la Orquesta Mondragón, entendermos que Cucharada acabe diluyéndose y que su recuerdo se nos aparezca con una extraña circunvolución.
Manolo añade por primera vez una 'z' a su apellido y así, para siempre Tenaz, se toma la revancha y se pone la Alarma!!! a todo gas. Los Police españoles, reggae, smooth punk, ska... maldecido rock 'n' roll. Su primer LP homónimo, "Alarma!!!" (Mercury, 1984), empieza a producir cortes y rasguños, pero con escasos dineros y mucho boca a boca. Tres singles no son suficientes para el gong y Asúa, Díez y Tena se emplean duro: "En el Lado Oscuro" (Mercury, 1985), una producción más guerrera y una entrega -"Ayayaya!!!"- que suponen una auténtica joya del rock hispano, una obra que ahora es reverenciada, loada y agasajada tras tanto tiempo de ostracismo.
"Frío" dejó mucha fiebre y nuestros tres despertadores se enterraron más apostando un todo o nada al rock 'n' roll, un tercer LP demasiado originario con convictas adicciones, como "Esta noche"; o sucias, "No quiero más comida para perros"; o yonkis, "Colgado de ti", les hace estamparse en la mesilla de noche de sus valedores y el reloj dejó de sonar.
Cada uno a lo suyo. Manolo cultiva con éxito su faceta de letrista o prestatario, y a la vez intenta dar aliento a una nueva formación de corte muy similar: Tena y Los Rockers, que llega a manufacturar una casete prácticamente inencontrable. Mientras espera una nueva oportunidad, antes de parpadear, su colega Joaquín Sabina, a través de su sello Elígeme, le da la opción de intentarlo como solista. Pero nuevamente "Tan Raro" (Eligeme, 1988), pasa totalmente desapercibido. El propio Tena reconoce no entenderlo: "Grabé con los mejores músicos de Madrid" y después concluye diciendo "la promoción y la distribución fallaron, las mezclas se hicieron deprisa y mal". Hoy visto desde la distancia y fuera de prejuicios, "Tan Raro" es sin duda uno de los trabajos más interesantes de Tena. Es verdad que la producción tiene casi ella sola el honor de jorobar el trabajo, pero hay demasiados talentos como para que logre ahogar del todo las delicadas y exquisitas "Eterno secreto" y"Porque te quiero", o las post-alarmeras "Ahora o nunca" y "Comida para perros", por no hablar de las extravagantes "Tipo duro" y la lírica "Necesito un amigo".
Aquella referencia de Tena de "nadie se enteró de que el disco existía" y su convicción de que "es mejor esperar que grabar un disco con las idependientes" le sirvió como pasaporte y portazo al Miami español. Allí, con más inquietud que apoyo, Tena fue dando forma con su malograda trayectoria de alquimista a textos de una depuración exquisita, textos sencillos con los que, junto a sus preguntas e intuiciones musicales en forma de colaboradores, fraguó un pacto con la diosa Fortuna del que no ha quedado diario de bitácora. "Sangre Española" (Epic, 1992), con alrededor de 800.000 copias vendidas -y el suma y sigue-, dio mucha sonoridad a la bofetada en la pluma de los escépticos y la crítica más cainita de este país. Todos los cortes de este disco hacen sangrar y bombean la sangre con destreza, tenemos de todo: anhelo, superstición, esperanza, pasión, humor, sensualidad, ruptura, espiritualidad... Pocas cosas no están ya sentidas de este disco y todas las canciones han sido sufridas y reiteradas por nuestra imaginación y versionadas en nuestra soledad. Nada le sobra a este disco, nada le falta en sus huesos; sin duda uno de los mejores de pop rock latino que se hayan latido jamás. Videoclips, estadios, oportunidades... De repente todo el mundo parece acordarse de Manolo y de su acristalado pasado; miren, si no, la invitación de Ana Belén y Víctor Manuel en su "Mucho Más que Dos" (Ariola, 1994) con una revisitación de "Marilyn", nuevas demandas de textos e incluso un libro donde se amontonan sus huellas, "Canciones" (Siruela, 1993). También fue finalista en Los Premios Goya por su implicación en la BSO de "¿Por Qué lo Llaman Amor Cuando Quieren Decir Sexo?" (Manuel Gómez Pereira, 1993).
Ahora quedaba el siguiente paso. Tena le echó bemoles y decidió mirar hacia adelante. Tres años y un brutal perfeccionismo en la masterización (hasta tres intentos obstinados) de su tercer disco apoyan esta tesis. Aunque en el libreto juega al despiste diciendo que ha colaborado con los mismos músicos, Manolo arriesga más que nunca con este disco, dando más voluptuosidad y aristas a su música. Quizá es que "Las Mentiras del Viento" (Epic, 1995) debería haberse llamado "El Único Habitante de la Luna" como pensó inicialmente, pues hoy uno no se explica por qué se le dio la espalda a este poliédrico trabajo. Su bolerazo "Bolero's way", el sentido homenaje a Antonio Flores con "A tu lado", el blues del "Único habitante", elpower rock de "Una cancion para ti", los devaneos latinos en "Todo el mundo quiere" o ese reggae playero de "En el rompeolas" dificultan la explicación. Y aunque sería erróneo de tildarlo de fracaso, la temperatura corporal se redujo sensiblemente. De todos modos, éste es sin duda el más valioso y ambicioso del Tena creador, sólo que nuevamente la leyenda envolvía a su héroe y quizá lo único que podamos argumentar es aquello que dijo el autor de que el album se adelantó a su tiempo.
Es importante apuntar aquí que, a pesar de sus virtudes intrinsecas, fue un revés que afectó a su trayectoria y en cierto sentido hizo que se tambaleara por las dudas e inseguridades que le suscitó y, como no, por la omnipresencia de su LP de cabecera. Fruto de todo ello es "Juego Para Dos (Epic, 1997), sin duda la obra más prescindible del repetorio del madrileño. Es evidente que Tena no digirió bien los resultados de su anterior empresa y reaccionó con cierto desdén, quizá aunando ansiedad por recuperar al público tratando de emular lo acontecido en 1992. Y es que, a pesar de ciertos tesoros, hay cansancio, hay guiños nada disimulados a su sangre española o cosas que simplemente no funcionan, por muchas vueltas que le demos. Así pues, un trabajo fallido que acabó cerrando su contrato con Sony a través de Epic y que en cierto modo sepultó más las ascuas aún encendidas que pudiesen quedar.
Antes de volver a casa la compañía tuvo la deferencia de ofrecerle un "Grandes Éxitos y Rarezas" (Epic, 1998) para que nadie pudiese aducir olvido respecto a las agallas y clarividencias del autor. La compañía no se anda con rodeos y no disimula una rendición total a su ópera magna, una indiferencia respecto a su tercer round y una sorprendente vista atrás a su primer trabajo, ya fuese por desconocimiento o por estupefacción ante su malograda exposición. También se testimonia la última aventura y se incluyen colaboraciones y algunas rara avis interesantes unas, otras insoportables.
Así, compuesto y sin novia, Manolo recibe las palmadas de la Fundación Autor, que publica una escueta hagiografía del mismo que, todo sea dicho y por temor a futuras reyertas, confesamos que nos ha ofrecido datos e inspiración: "Manolo Tena, por Ángel Galvañ y Octavio Colis" (SGAE, 1998), con un espectacular y certero texto de John Lavender, que califica a Manolo de ángel caído.
Por estos años Manolo demuestra poseer un increíble olfato musical cuando en el centenario del nacimiento de Lorca ofrece su particular homenaje al poeta granadino salpicando "La Aurora" de rap neoyorkino en su single "Poeta en Nueva York" (Placer de Caños, 1998). Respecto a "Son de negros en Cuba", la cara B, hay que decir que la interpretación es fabulosa con esos afro ritmos donde asoma la cabeza el brutal Tito Duarte.
Poco después, Manolo se compromete con el desastre natural acaecido en Doñana. "Doñana, Música del Agua" (Warner, 1999) reúne a quince creadores -Enrique Morente, Carlos Cano...- asaltados por sonidos oriundos de la reserva natural (grillos, cascadas...) y en él nos ofrece un blues con una letra muy adecuada, con resultados satisfactorios -siempre ha manifestado estar muy orgulloso de su granito de arena al proyecto-. También nos sorprenderá antes de la llegada del segundo milenio con un fabuloso libro de poesía "Ludopoesía" (Erice, 1999), que va señalando los arcanos del tarot en sus páginas y que con toda franqueza embelesa mucho más que otros homólogos.
Aprovechando una cierta retrospectiva, Manolo reúne una serie de canciones de paternidad y contextos diversos y las reúne con una increíble idea global del mundo del cine en "Insólito (Kripton, 2000). recupera la calidad de sus anteriores trabajos. Y es que a pesar de que la implicación del Tena compositor es más escasa que nunca, este proyecto reivindica la herida voz de Manolo y su mágica capacidad de imbuir al oyente en estos cortes. Podemos achacarle una cierta despreocupación por incluir otra versión del "Sittin' on the dock of the bay" que ya ofreció en "Tan Raro", o de la adaptación en español de la primera canción que canta en inglés -"Back home"-, pero hay que reconocer que todos los cortes tienen un elevado nivel compositivo y su escucha deja clara la infalibilidad que adquieren los temas en las cuerdas vocales de Tena. Cosas como"Tiempos nuevos", el conflictivo "Siempre y nunca", la sentida "Por los amigos", la desesperada "A ninguna parte" -incluida en la BSO de "París-Tombuctú" (1999) de Berlanga- o las canciones del single de Lorca dejan la piel de gallina y por ende ganas de muchísimo más. Como curiosidad, este fue uno de los primeros compactos en distribuirse únicamente por Internet, aunque esto fue más en detrimento que en su beneficio, menos mal que después pudimos pescarlo en las grandes superficies de distribución.
En los cuatro años siguientes, a diferencia de la racha creativa de los años precedentes al 2000, Manolo se lo toma con calma. Hemos sabido de una gira especial con parte de la Vargas Blues Band en 2002 donde empieza a dar forma a temas como "No te rindas", con la colaboración de David Montes. Poco a poco planea un disco en directo, pues han pasado ya veinticinco años de sus andanzas por los escaparates radiofónicos, el evento tiene lugar en el Patio Central de Conde Duque de Madrid en enero de 2003. Allí repasa todas sus andanzas e incluye joyas crepusculares como la huidiza "Cuando llegue septiembre".
Manolo edita un doble compacto que incluye un CD extracto del concierto más un DVD del directo con una interesante entrevista. "Basikamente" (Sum, 2003) tiene la debilidad de abrazar con fruición a "Sangre Española" (aparecen ocho de los diez temas del disco) y aunque podamos entender esa concesión con la mirada puesta en el público, es evidente que suena a portazo con amnesia total o parcial al resto de su carrera, incluyendo aquí cortes anticipatorios y de mayor entidad radicados en otros discos o nuevos. Total, que nos encontramos con un disco bienintencionado pero falto de garra salvando la brutal revisión-replanteamiento del repertorio y huellas de Alarma!!! donde incluso la capacidad vocal del cantante parece crecerse con rabia y auto satisfacción en una especie de revancha.
En 2005 Manolo salda una deuda con el compositor y letrista que es haciendo una gira llamada "Mis Canciones Para Otros", cuya estrella flamante es la sobresaliente y ya mentada "Cuando llegue septiembre". Siguiendo esta línea de argumentación incluímos qué compañeros compañeros de profesión han podido apoyarse en las virtudes principalmente líricas del autor: Ana Belén, Teddy Bautista, Luz Casal, Leño, Ricky Martín, Rosario, Miguel Ríos, Azúcar Moreno, Los Secretos, Pastora Soler, Chayanne, Azuzena... Como se puede apreciar disparidad total.
Acechado por los fans, Manolo se puso a confeccionar su sexto disco de estudio: "Canciones Nuevas" (Warner, 2008). Éste depara aguas contrarias y una cierta bipolaridad, porque por un lado muestra a un Tena reincidiendo en ciertos tópicos ya desgastados en su carrera, y por otro al Tenaz echándole nocturnidad y mirando hacia adelante. Por suerte para todos ganan los estados maníacos y canciones como "Cuando yo eche a volar", "Caliente y frío", "Tu nombre", "El vaso de tu amor" o los guiños tan orgásmicos a su época alarmera -"Jugar con fuego", "No te rindas"- y la recuperación del Tena trovador, contador de historias tan diluido en su trayectoria en la graciosa "Aurelio", acaban suavizando el impacto de ciertos clichés. Total, un notable trabajo que augura que tenemos tenacidad para un buen rato y que además empalma con un reconocimiento tardío pero satisfactorio de su hijo pródigo "Las Mentiras del Viento": "El único habitante de la luna" es incluida en la BSO de "Próxima" (2007), de Carlos Atanes. Más vale tarde que nunca.
"El Concierto de Las Ventas" (Rumor, 2014) es un remember de agradecer y nos muestra al Manolo Tena en su efervescencia dorada, la interpretación vitalista y emotiva de sus temas de sangre y la media vuelta con pequeños hitos de Alarma!!! o un tema liviano de su primer LP dejan un maravilloso sabor en boca aún cuando no es ni más ni menos que elhappy birthday to you de ese monstruo que casi devora la trayectoria tan dilatada de su creador que es "Sangre Española" (Epic, 1992). Así que 20 años y medio después alguien saca el as de algún cajón escondido y empiezan entrevistas, preguntas y el obligado ¿Qué hay de nuevo? y ¿Qué estuviste haciendo? Manolo dispara con su mezcla en clave de jazz de temas antiguos, la puesta a punto musical de diversos poetas españoles retomando lo que ya hizo con Rap-Lorca y su ya anunciado segundo libro de poemas Versos de Hotel.
En diciembre de 2014 aparece en la página de facebook del susodicho el makin' of de una nueva aventura, nuevo disco y casi de carambola un documental que mima y devuelve justamente al personaje a sus méritos y tenebrosidades.
Manolo también ha ejercido de testimonio en la desaparición u homenaje de algunos de los grandes creadores de su quinta. Así: Antonio Flores, Enrique Urquijo, Tequila, Triana, Los Beatles, Cecilia... y otras colaboraciones con Los Panchos, Joaquín Lera, Coz, etc. Este señor, ni cantautor, ni rocker, ni letrista, ni músico, Manolo Tena es ante todo un poeta de químicas aparentemente sencillas que esconden toda la herida, todas las dudas y grandes intrigas humanas; alguién cuya voz rasgada, caliente como madera quemada y fría como los cuchillos sufridos en su treinta años de naufragios y cartas desdobladas ha demostrado una reincidencia y una búsqueda llenas de coraje y locura. Desde aquí solo esperamos ansiosos ese nuevo corte de mangas del Tena más creyente que parece haberse pulido a caballo entre Canarias y Brasil, y por qué no, la cara oscura de la luna que pudiera ser el promentido "Versos de Hotel" la segunda entrega lírica de su autor. Ha acabado septiembre y sólo esperamos que "todo sea diferente cuando el 13 sea el siete, cuando rimen el amor y la muerte, cuando acabe Septiembre". Tocaremos madera por si acaso.
"Princesa Azul" (Concert Music Entertainment, 2015) toma el timón como avance; la pegada es potente como single, algo después le seguiría como adelanto en youtube "Opiniones de un payaso", tema más afín a la idiosincrasia de su autor y con muy buen rollo. "Casualidades" (Concert Music Entertainment, 2015) llega como no en septiembre y rompiendo moldes: el bolerazo cubano de "La vida por delante", la acidez de "La verdad", el punch irresistible de "Es mágico", el ritmo experimental y narcótico de "La paloma (se equivocó)" y por fin el casi legendario "Cuando llegue septiembre". El disco más ambicioso desde "Las Mentiras del Viento" y el que mira con más tesón y duende a su hit parade español, están todos los Tenas y todos suenan con fe y valor, una vuelta inesperada y aún más ganada con prisión y lágrimas.
Manolo Tena ha vuelto y por la puerta grande, un documental que se estrenará el próximo 20 de Noviembre en televisión española equilibrado en ambigüedades, metas y bajas pasiones, una gira por diversas ciudades y sobretodo mirando haciendo delante, habiendo pulido al máximo la creación descartando hasta 30 temas, quizá aquí las casualidades sean todas causalidades.
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Entre el éxito, la droga y el fracaso se nos ha ido para siempre una gloria del pop-rock nacional, posiblemente uno de los tres mejores letristas de ese género, tal vez el primero para muchos, aunque con una irregular carrera musical producto de los vaivenes de una industria en la que nunca creyó y en su inestable personalidad, abrazado al consumo de drogas. Un personaje como Manolo Tena no cabe en un simple artículo, como es natural. Así es que lo que aquí sigue son hilvanes, peor o mejor cosidos, de quien tejió en dieciséis álbumes cuanto llevaba dentro de su indiscutible talento y desigual trayectoria, los cinco primeros como vocalista de Cucharada y Alarma!!!, los dos grupos en los que militó a finales de los 70 y los primeros 80, y el resto ya en plena movida madrileña de la que fue, consciente o no de ello, un nombre imprescindible, sin necesidad de que apareciera en "performances a lo Pedro Almodóvar" o en "fanzines" al uso.
Popular lo fue, al punto de que si ahora mismo se le pregunta a un seguidor del pop quién era, ipso facto aparecerá el título de "Sangre española" y "Tocar madera". El primero de esos temas lo consagró, y ya es historia. Decía Manolo que no componía "para vender", aunque admitía que "Sangre española" lo hizo rico. Lo curioso es que compuso esa mítica canción pensando en Rosario y en Luz Casal. Me figuro que su onírico sueño era sólo a efectos rockeros. Lo cierto es que la estrenó él mismo, justificando el repentino cambio para grabarla con esa sentenciosa frase que atribuía a una escritora de cuyo nombre no se acordaba: "La vida nos vive".
Las canciones, pensaba, eran precisamente para soñar. Él cantaba al amor, mas no de una forma vulgar. Porque buscaba, ante todo la poesía. ¡A finales del XX y el siglo XXI...! La poesía, sí. Pues era un lector impenitente, voraz. Llevaba un cuaderno cuando vivía en el barrio madrileño de Lavapiés donde lo mismo pergeñaba unos versos que asaltaban su pensamiento de repente, que dibujaba tipos que veía, le parecían interesante y los plasmaba en apuntes rápidos y vivaces. Y siempre tenía un libro que leer, ya fuera de Rimbaud, Rainer María Rilke, García Lorca (al que descubrió en Un poeta en Nueva York, que llevó al disco en 1998) o Gil de Biedma. Y a esos ilustres autores les dedicaba su espacio en las canciones que iban surgiendo de su mente tan fértil como atormentada a veces. Un tipo ilustrado, distante en inspiración de la gran mayoría de letristas que apenas si conocen "Las mil mejores poesías de la lengua castellana".
Lo curioso, contradictorio tal vez en Manolo Tena es que vivía en la calle, conocía el lenguaje coloquial, no olvidaba el "cheli" barriobajero de sus difíciles comienzos. Tenía en la cabeza las canciones de Peter Gabriel, y de Frank Zappa. El blues, el soul, le llegaban al alma. Lo mismo el de Ottis Redding que el blanco de Joe Cocker. El calor, el grito visceral de unos cantantes de verdad, alejados de la feria de los números 1 de las multinacionales. También se sintió identificado con Leonard Cohen. Sólo con estas referencias, comprenderán ustedes que Manolo Tena se salía de lo corriente entre nuestros cantautores. Por no citar sólo sus aproximaciones musicales anglosajonas, digamos que también sentía emoción al escuchar algunos determinados tangos argentinos. Y desde luego, el temblor por su espina dorsal si en una madrugada estaba con los cabales en una juerga flamenca. Sentía que la guitarra de Vicente Amigo podía perfectamente ensamblarse con la música de Carlos Santana. El blues y el jondo. Y eso luego trataba de llevarlo también a su repertorio, cuando componía.
No era fácil para él hacer compatible el rigor, la disciplina en el trabajo, sus sueños, el tiempo del ocio, la imprescindible burocracia con las discográficas, la vida de noche… Y Manolo Tena acabó sucumbiendo en ese submundo, a merced de la nieve blanca, de las fáciles tentaciones que para él suponían con una cartera bien llena. En los tiempos de la tan traída y llevada "movida" iba por "Elígeme", cuando Joaquín Sabina ejercía de dueño y colega. Parece ser que tuvieron "su más y sus menos". Pero, tras diez años sin decirse "ni mu", como contaba el propio cantautor ubetense, firmaron la paz. Y Manolo Tena sacó al mercado su primer disco en solitario, "Tan raro", que Sabina acabaría aclamándo, aunque sin abandonar su vena cáustica cuando, refiriéndose un día al cantautor extremeño, comentó: "Pocos seres humanos tienen el honor de contar con un enemigo íntimo de la categoría de Manolo Tena, que era el mejor de todos".
Persona alérgica al trasvase del famoseo y las revistas del corazón, pues le reventó siempre ser objeto de la persecución periodística, que afrontaba con naturalidad enfrentándose a los "paparazzi" convenciéndolos, cuando vivía en Miami, de que él no era alguien de ese mundillo del ¡Hola! y similares. Aun así se tomó a beneficio de inventario el reportaje que Diez Minutos publicó de su boda en 1994 con la actriz de origen cubano Marlene Alto. Nunca quiso hablar de sus hijos Miguel y Borja. Y tampoco de su última mujer, Ana, con la que convivía desde 2015, madre de la pequeña Manuela.
Manolo Tena era un tipo duro, pero yo creo que tierno en el fondo. Que no supo controlar su existencia, desde luego, Dióse la circunstancia de que era alérgico a la marihuana, y cuando empezó a consumirla padeció unas consecuencias más duras que en otros adictos. Padeció ya a los veintisiete años una crisis esquizofrénica por sus viajes a los paraísos artificiales y aunque durante sus múltiples visitas a centros de rehabilitación parecía recuperarse, como explicó en 2015, cuando reapareció después de siete años, para presentar su último disco, "Casualidades", su oscuro ayer le ha pasado ahora factura en forma de cáncer de hígado. Su último concierto ocurrió el pasado 19 de marzo en Las Palmas de Gran Canaria. José Manuel de Tena Tena: que Dios te haya acogido en tu seno.