mayo 14, 2016
Daniel Velázquez
Cuando en 1968 inicia su carrera solista, Daniel Velázquez tenía recorrido ya un buen tramo en el mundo de la música. Había sido la voz solista de Cefe y Los Gigantes con los que siendo adolescente ya había grabado un par de EPs para Columbia. Este conjunto actuaba habitualmente en el Maracaná, un club que daba bailes en el barrio madrileño de Usera. Lo de Cefe era el apócope de su verdadero nombre, Ceferino Feito, que pareció inapropiado para un atractivo cantante melódico, por lo que nada más comenzar su carrera individual se aprestó a sustituirlo por otro más comercial.
Su mentora fue Maryní Callejo, que le conoció en una actuación en los Jardines Karen, en el madrileño barrio de Moratalaz, y lo fichó para Philips. Maryni lo presentó simultáneamente junto a la actriz y cantante femenina de origen norteamericano, Judy Stephen, y el grupo Fórmula V. El olfato de Callejo quedó patente, pues tanto Daniel como el citado grupo funcionaron a la perfección y dieron muy buenos dividendos a su sello y su productora. Ese mismo año sale su primer disco: “Vamos a Pensar en Nosotros / Una Rosa Corté” (Philips, 1968) con arreglos de Pepe Nieto.
Su primer disco verdaderamente importante fue “Palabras” (Philips, 1969) con la que el cantante optó a participar por España en Eurovisión, si bien finalmente fue Salomé la elegida…y acabaría siendo una de las cuatro ganadoras en aquel eurofestival que se celebró en Madrid. Waldo de los Ríos se fija en él para grabar su adaptación del “Himno a la alegría”,pero surgen problemas entre discográficas y se decanta por la opción B, que era la de Miguel Ríos.
A principios de los 70 participa en numerosos festivales europeos, como el de Sopot, en Polonia, o la Olimpiada de la Canción en Grecia, haciéndose habitual de la televisión en España y asomándose a las pequeñas pantallas en varios países europeos. Su voz limpia, siempre bien afinada y modulada, le convierten en un cantante idóneo para la canción melódica. Autores tan prestigiosos como Juan Pardo, José Grano de Oro, de Los Puntos, la prolífica pareja Herrero y Armenteros, el Dúo Dinámico y un imberbe José Luis Perales al que dio su primera oportunidad como autor con el tema“En San Marcos”, entre otros, compusieron ex profeso para él. También registró temas cinematográficos, como la versión española de “El Milagro del Amor” (Philips, 1972), de la película “El Padrino” (Francis Ford Coppola, 1972)
Pero sus mayores éxitos estaban por llegar y lo van a hacer cuando Daniel decide cambiar de discográfica, para recalar en Polydor. Su primer sencillo con este nuevo sello: “Pensarás” (Polydor, 1973) lo colocará en los primeros puestos de las listas de ventas y le abrirá la puerta al mercado sudamericano. Seguirán “Volverás Otra Vez” (Polydor, 1974), “Vete, Vete” (Polydor, 1975) y “Bonita Niña” (Polydor, 1975), encadenando su mejor racha y convirtiéndose en uno de los grandes solistas de la década.
También Polyodor le va a dar oportunidad de grabar en formato LP. Su primer trabajo a 33 rpm: es “Daniel Velázquez” (Polydor, 1974) que contiene buena parte de sus temas más recordados. Poco después pondrá en circulación "Daniel Velázquez" (Polydor, 1976) con temas compuestos en su mayoría por José Grano de Oro. Un disco de madurez que prácticamente va a cerrar una carrera sin altibajos, que siempre siguió una línea recta en todos los aspectos. Y entiendo por línea recta, el seguir una trayectoria con evolución técnica, pero sin cambios de estilo ni búsquedas desmesuradas para acomodarse a las sucesivas modas.
En su discografía podemos distinguir dos épocas: la de Philips con temas más inclinados hacia un pop suave y la de Polydor, basada más en la canción melódica teñida de un leve pachangueo.
Daniel pertenece a la generación de grandes voces de los 70, que cuenta a Camilo Sesto y Nino Bravo como principales referentes, pero en la que también hay que citar a Pedro Ruy-Blas, Pablo Abraira, Blume, Juan Camacho, Julián Granados… Todos ellos con el denominador común de haber aprendido el oficio en conjuntos de la década anterior. Buenas voces, hoy un tanto ninguneadas, pero que llenaron con sus temas románticos el lustro 71-75 en la música española y dominaron el mercado discográfico durante varios años.
A los 33 años de edad, en 1978 va a entrar a trabajar como asesor cultural en el Ayuntamiento de Madrid, abandonando la canción. Una de sus primeras aportaciones fue la de crear y dirigir el Concurso de Rock Villa de Madrid, que en su primera edición fue ganado por Paracelso, con Kaka de Luxe en segundo lugar. También fue el creador de los Veranos de la Villa y otros eventos culturales.
Posteriormente ocupó diferentes puestos en las áreas de Cultura y Servicios Sociales del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, ocupando el puesto de Director de los centros Hispano-Rumano de Coslada y Alcalá de Henares.
Como dato administrativo, señalar que el cantante pasó por el Registro Civil y logró cambiar su nombre de pila por el adoptivo, llamándose ahora oficialmente Daniel Feito.