enero 16, 2016

Los Salvajes


En algún momento se les presentó como los Rolling Stones españoles, pero Los Salvajes fueron bastante más que un grupo especialista en covers de hits extranjeros. Su personalidad en escena, su estética radical, su forma de perforar oídos con los amplis siempre a tope y las escasas y muy buenas canciones que ellos mismos compusieron lo presentan como uno de los más interesantes grupos españoles de los 60.

Su debut se remonta a la Nochevieja de 1962. Los siguientes meses son un trajín de cambios de componentes, ensayos cada domingo en casa de uno y ganas de hacerse un nombre entre los cientos de conjuntos catalanes que se dedicaban al rock y otras perversiones sonoras. La primera formación estable es la de Gabriel -Gaby- Alegret(cantante), Andy González y Francisco Miralles (guitarras), Enric Canals (bajo) y Delfín Fernández (batería). En 1964, Enric es sustituido por Sebastián Sospedra. La entrada de este último va a ser decisiva para que Los Salvajes comiencen a ensayar a diario y en serio. Actúan regularmente en el club San Diego, se presentan en el concurso televisivo Salto a la Fama y la casa Marbella, filial de Vergara, les da oportunidad de grabar su primer EP, que pasará con mucha más pena que gloria por las tiendas de discos.

En esa época, finales del verano de 1964, Bernard Schram, un promotor alemán de vacaciones en la Costa Brava, les escucha y les propone ir contratados a Alemania. El batería Delfín Fernández se queda en tierra al tener solo quince años y es durante ese tiempo sustituido por un batería teutón. Se presentan en el Star Palace de Kiel, el 1 de noviembre de 1964, después pasan un tiempo en Colonia, Hamburgo y otras ciudades del norte del país hasta completar ocho meses de duro aprendizaje rockero. Manuel Alegret, hermano de Gaby, les lía para regresar a la patria con un supuesto contrato para EMI, que les hace una prueba y les rechaza por ruidosos. Ya en septiembre de 1965 les surge la oportunidad de telonear a The Moody Blues en el Palacio de los Deportes de Barcelona. En palabras de Gaby: “Despues de aquella actuación entramos directamente en la EMI sin pruebas ni hostias”. Graban su primer EP para Regal, una de las divisiones españolas de la EMI, y la cosa no funciona. El estilo del grupo va dejando atrás el merseybeat y el pop para acercarse día por día al rhythm 'n' blues.

Con el siguiente EP va a cambiar la decoración. Entre los temas incluidos en él figura una gran versión de “Satisfaction”, que los mete de cabeza en todas las emisoras de radio y en el naciente y aún poco fiable hit parade hispano. No se conforman con clonar a los Rolling, sino que Los Salvajes aportan sus propias iniciativas. Tampoco pasan inadvertidas sus patillas, pelos, pantalones ceñidos, casacas coloridas y el aire de bravuconería que derrochan y que les hace quedarse con el respetable en cada actuación.

1966 va a ser el gran año de su carrera con tres EP en el mercado y dos en puestos cabeceros las listas de ventas. El acuerdo entre varias discográficas hispanas de sacar al mercado versiones españolas de los grandes de la música inglesa antes que los discos originales juega a favor de dos de las mejores grabaciones del grupo “La Neurastenia” (Regal, 1966)y “Todo Negro” (Regal, 1966)o lo que es lo mismo, “19th Nervous breakdown” y “Paint it black”. Venden en un primer momento tanto o más que los propios Stones. No solo hacen versiones de los Rolling, otros clientes del nuevo blues inglés, como Spencer Davis Group o The Troggs, también son filtrados por el tamiz macarra y salvaje. Las guitarras a tope, los pedales fuzz y la chulería del cantante ayudan y mucho al propósito de hacer de Los Salvajes uno de los grupos punteros.

Por esa época son vetados por conjuntos más comedidos en escena como Los Brincos o Los Sirex, que no quieren ni oir hablar de tocar en las mismas galas que ellos. En las caras B de estos discos van a aparecer también algunos temas propios, poco apreciados en su momento, que se han revalorizado con el tiempo. Ironía, mala leche y autodefensa a ultranza hacen de “Soy así” y “Es la edad” auténticos himnos que retratan un amplio sector generacional de los 60.

En 1967 publican un LP que recoge sus temas más conocidos junto a alguna novedad de fabricación propia. El grupo es un auténtico crisol de influencias y a finales de ese año se apuntan a la estética Sargento Peppers y, en general, a la sicodelia, publicando dos temas propios, “Las ovejitas” y, ya en 1968, “Los platillos volantes”, con letras y músicas lisérgicas, que son injustamente vapuleados por la crítica a pesar -o tal vez por eso mismo- de la vena innovadora que representan. Seguramente Los Salvajes eran más modernos de lo que la anquilosada sociedad española podía digerir.

Los Salvajes entonces comienzan a publicar una serie de singles para La Voz de su Amo, lo cual no significa cambio alguno, pues se trata de otra filial de EMI. La discográfica se empeña en que hagan las versiones españolas de las canciones que unos primerizos Bee Gees publican en Inglaterra con notable éxito. Son, en su mayoría, discos nutricios que van alejando al grupo cada vez más del estilo y el público que los encumbró, aunque en todos ellos encontramos aportaciones propias de gran calidad, que les hacen distinguirse, casi siempre para mejor, de los originales de partida.

A finales de 1968 va a entrar un sexto salvaje, Fran Mercader, para ocuparse de los teclados y la guitarra. Grabará con ellos sus dos últimos discos sencillos y, de hecho, sustituirá a Andy González, que ha agotado todas sus prórrogas militares. También abandona el grupo Gaby. Ya sin el carismático cantante cumplen los últimos contratos y ponen fin a su carrera en 1970. Sebastián Sospedra pasará a formar parte entonces de otro de los enormes grupos catalanes de siempre, Lone Star.

Ángel Casas en 1978 reúne a parte de Los Salvajes y los presenta en un monográfico del programa televisivo Musical Express. Reinician una carrera dentro del estilo heavy, demostrando la validez del refrán: "Segundas partes nunca fueron buenas". Gaby Alegret reclutará nuevos músicos con los que realizará nuevas grabaciones a principios de los 80 que no encontraron ningún eco y que ni siquiera suelen aparecer mencionadas en las discografías oficiales del grupo. En 1998, por fin, se cumple el sueño de reunir de nuevo a los cinco Salvajes para presentar la edición de su doble CD, en el sello Picap: “Hace 35 Años” (Picap, 1998)con 22 temas del grupo, seleccionados por sus propios componentes y dos canciones que compuso para la ocasión Tino Casal, que hubiera sido el productor del disco si antes no hubiera fallecido.

Hoy, Los Salvajes, son con toda justicia considerados uno de los mejores grupos españoles de los 60 y sus grabaciones, como los buenos vinos, han ganado en sabor y graduación con el paso de los años, hasta el punto que no es exagerado afirmar que son ahora más admirados que lo fueron en su tiempo.