En Norteamérica se le bautizó como el Sinatra Español, en Sudamérica como Camilo Superstar. Lo cierto es que ha sido el Rey Midas de la música española y todo lo que ha tocado, lo ha convertido en oro. Se le calculan unas cifras de ventas globales de 120 millones de discos. Un nombre fundamental para la música española y uno de los principales culpables del auge del pop latino. Claro, que todas las cosas tienen un principio y ese inicio es el de un chaval de familia humilde de posguerra, llamado Camilo Blanes Cortés y nacido en Alcoy en 1946.
Las primeras notas musicales las da en el coro de una de las parroquias de su localidad y en 1962 pasa a formar parte del conjunto Los Dayson. Un grupo que actúa en la BBC (bodas, bautizos y comuniones) de su comarca, cantando las canciones de moda en ese momento. Los Dayson al completo viajan a Madrid en 1965. Participan en el concurso televisivo “Salto a la Fama”, de donde tantas figuras de la canción se dieron a conocer. Pero ellos pasaron por allí sin obtener el ansiado triunfo. Sus compañeros deciden volverse pronto para Alcoy; sin embargo, Camilo no quiere regresar con la ilusión muerta y decide quedarse en la capital. Canta una semana en Cefe y Los Gigantes y de ahí salta a Los Botines, un grupo pop que había comenzado con mucha fuerza, pero que estaba ya de bajada. Con ellos graba un single, el primero que Camilo verá editado, ya que con Los Dayson había realizado también grabaciones no editadas comercialmente.
Camilo es un chico guapo y su estancia en Los Botines le sirve para que el cine se fije en él. Hace uno de los papeles principales de la película coral “Los Chicos del Preu” (Pedro Lazaga, 1967) en la que también participó Karina. Son tiempos complicados, no tiene grupo, se gana (mal) la vida como pintor y, en su caso, la mili en Almería le va a asegurar sustento durante quince meses de los años 68 y 69.
Liberado del uniforme caqui, una idea le ronda la cabeza. No quiere seguir pintando, ni tocando la guitarra y cantando en conjuntos; quiere ser cantante solista. Su primer padrino va a ser Juan Pardo, que le va a componer y producir las dos canciones de su primer single: “Llegará el Verano / Sin Dirección” (Movieplay, 1970). Un disco por cierto en el que aparece como Camilo Sexto. El fracaso es importante. Graba poco después “Canción de cuna”como precandidata al festival de Eurovisión, pero surgen desavenencias con el sello hasta el punto de que Camilo decide dejar a Movieplay y buscarse la vida en una nueva marca, Ariola.
Movieplay tenía registrado el nombre. Para evitar problemas judiciales, el cantante cambia la “x” por la “s”. Con falta de ortografía y todo, ha nacido Camilo Sesto. Pardo seguirá produciendo sus próximos discos. Participa en el concurso televisivo "Canción 71" con su nuevo disco “Buenas Noches / Esa Paloma” (Ariola, 1970). La primera es una adaptación hecha por él mismo de la Canción de Cuna, de Brahms, que seguía la estela de la adaptación del “Himno de la Alegría” por parte de Miguel Ríos. La segunda es la inicial de las muchas canciones propias que grabará a lo largo de su carrera. No vence en el concurso y se queda con las maletas hechas sin subirse al avión europeo, pero ese disco entra en el top 10 nacional.
Sigue editando sencillos con desigual fortuna, asomándose de nuevo a los primeros puestos de las listas de ventas con el alegre “Ay, Ay, Rosetta” (Ariola, 1971), dedicado a una de sus primeras novias, Rosetta Arbex, hermana del batería y líder entonces de Los Brincos. Junto a estimables aciertos que aceleran su carrera, se producen también algunos frenazos, como el ocurrido con su participación en el Festival del Atlántico, donde no pasa del séptimo puesto con su canción “Mendigo de amor”. En esos momentos es un cantante emergente cuya carrera avanza con cierta lentitud. Pero lo tiene todo: una cara aniñada que las vuelve locas, unos ojos que las hipnotiza, una voz de casi tres octavas de extensión, un timbre inconfundible que lo distingue a la primera escucha de otros solistas del momento que pugnan por el trono de la canción melódica: Nino Bravo, Tony Landa, Daniel Velázquez, Tony Ronald, Julio Iglesias, José Vélez, Lorenzo Santamaría... Pero, además, posee un valor añadido del que carece la mayoría. No depende de la inspiración de otros compositores. Él compone, y compone muy bien. Ese va a ser su gran secreto y algún día habrá que profundizar en el Camilo Blanes compositor, ciertamente oscurecido por el Camilo Sesto cantante estrella.
Estaba claro que pronto o tarde el despegue estaba asegurado y ese despegue va a llegar con “Amor, Amar” (Ariola, 1972)compuesto por Camilo y Lucía Bosé, con quien también se le relacionó. El disco va a subir lentamente. Su ascensión va a durar meses, pero justo en la primera semana de 1973 va a ocupar el nº 1 absoluto de ventas en España, sucediendo en el puesto a uno de los cantantes preferidos de Camilo, Andy Williams y su “Tema de amor de El Padrino”. Dos semanas más va a ocupar la cabecera de ventas y nada menos que once semanas el primer puesto de Los 40 Principales. Pero el relevo ya está ahí y su primer LP también: “Algo de Mí” (Ariola, 1972), que recoge las canciones de los primeros sencillos del cantante, demuestra que los cantantes melódicos también pueden vender muchos discos grandes.
Dos meses después aparecerá el segundo largo, “Solo un Hombre” (Ariola, 1972), que incluye su primer hit y canciones tan importantes como “Fresas salvajes”. Antes me refería al relevo y es que antes que “Amor, amar”abandone las listas, otro sencillo ocupa el primer puesto: “Todo por Nada” (Ariola, 1973), tres semanas en la cabeza de ventas.
A partir de ahí la camilitis se desata. Se ha convertido en el cantante español que más vende aquí y fuera. En 1972 hace su primera gira por Argentina y logra en aquel continente sus primeros éxitos. Unos éxitos que iban a venir confirmados en 1973, cuando representa a España en el Festival de la OTI con “Algo más”. Se queda en quinta posición según el jurado, pero con esa canción vuelve a ocupar el primer puesto de ventas en varios países según el público comprador de discos. En España también alcanzará el puesto de honor justo en Navidad, lo que supuso un número de ventas impresionante. Por primera vez es nominado para un premio Grammy. En España, siempre muy aficionada al concurseo, arrasa. Mejor Cantante del Año, según la COPE, Trofeo a la Popularidad, Mejor Show del Año, etc.
Al año siguiente pondrá a la venta “Camilo Sesto” (Ariola, 1973), un excelente trabajo del que saldrían dos números uno absolutos de ventas en nuestro país en los dos sencillos que se extrajeron de él. A partir de este tercer long play, será el propio Camilo de facto el que se encargue de la producción de sus discos.
Camilo Sesto es un gran trabajador y no hay día que no grabe, cante en directo o haga televisión. Ni un minuto de descanso que le permita compaginar el dulzor del éxito con el duro trabajo. Un trabajo en el que lo hace todo: compone, canta, produce y cuida personalmente cada detalle de sus discos y galas de forma casi obsesiva. En 1974 publica uno de sus grandes long plays,“Camilo” (Ariola, 1974). Un disco en el que evidencia estar en su mejor momento con “¿Quieres ser mi amante?”, “Madre”, “Isabel” -dedicada a su nueva novia Marcia Bell- y, sobre todo, aquel “Ayudadme” (Ariola, 1974) que lo planta de nuevo en el nº 1 aquí y en una docena de países iberoamericanos.
Vive su punto culminante en España. Servidor recuerda una actuación ese año en el auditorio del Parque de Atracciones a rebosar con Alcatraz como banda de acompañamiento, apoyados por otros músicos. Una banda que incluía timbales sinfónicos, vientos, etc. La verdad es que sonaba con una calidad y profesionalidad pocas veces vistas en nuestra historia de antes y de después. Pues bien, a Camilo se le ocurrió en plena actuación lanzar una fina cazadora de nylon negro al público, pero como estaba lejos, cayó en pleno foso de agua. Más de treinta chicas rompieron el cordón de seguridad y se metieron de patas en el foso y con el agua hasta las rodillas pelearon con todo para conseguir la codiciada presa. Ese mismo día fue preciso el concurso de dotaciones de policía para que pudiera abandonar el recinto en uno de sus furgones.
A principio de 1975 recoge discos de oro por las ventas del año anterior en cuatro países, entre ellos España, y por primera vez gira durante varias semanas por Estados Unidos. De vuelta del trajín dorado, graba “Amor Libre” (Ariola, 1975), del que se extraerán los sencillos “Jamás” (Ariola, 1975) y “Melina” (Ariola, 1975), que será su particular hit del año, volviendo a ocupar el primer puesto de ventas al que estaba abonado. En EE.UU. su canción “¿Quieres ser mi amante?”es nominada al Grammy a la mejor canción.
Entonces Camilo Sesto va a hacer algo inesperado. Podía haber seguido fabricando números uno, pero va a soltar doce millones de pesetas de las de entonces para poner en escena en Madrid “Jesucrito Superstar” (Tim Rice y Andrew Lloyd Weber, 1970). Para entender lo que era aquello, es necesario precisar que la tradición de comedia musical en España era nula y que lo más parecido existente entonces eran las revistas de Lina Morgan. Camilo va a ser el productor y va a encarnar el personaje principal. Junto a él, la cantante dominicana Ángela Carrasco, Teddy Bautista escapado de la jaula de los Canarios, Dick Zappala, cantante de Araxes y un largo elenco. Todos lo ven una locura, pero el 6 de noviembre de 1975 se alza el telón con un éxito arrollador. El propio Lloyd Weber asistió a varias representaciones y declaró que Londres y Madrid habían sido los dos mejores espectáculos de su opera rock. La leyenda Camilo alcanza ya cotas religiosas. No todo es así de bonito. Un grupo de ultras apedrea el teatro y agrede a los asistentes en varias ocasiones, acusando al espectáculo de blasfemia contra el Evangelio. Eran los días en que el dictador agonizaba y cualquier causa, por peregrina que fuera, servía para que el sector más reaccionario actuase con consentimiento de las autoridades, intentando demostrar una fuerza de la que evidentemente carecían.
En plena vorágine de representaciones teatrales y coproducido por Teddy Bautista aparece “Memorias” (Ariola, 1976), menos brillante de lo que nos tenía acostumbrados, lo que no impide que su canción “Solo tú” encabece la lista de Los 40 Principales una vez más. Aún tiene tiempo para componer y lanzar a un chaval, hijo de una vieja amiga suya. El chaval se llama Miguel Bosé.
Para 1977, ya superada la etapa del musical, sigue trabajando a destajo y pone a dar vueltas dos nuevos long plays. Uno de ellos,“Entre Amigos” (Ariola, 1977) sirve para que el cantante rinda tributo a sus amigos músicos, interpretando sus canciones. Temas de Juan Carlos Calderón, Rafael Pérez Botija (ex de La Compañía), Honorio Herrero y Luis Gómez-Escolar (ambos ex deAguaviva), el gibraltareño internacional Albert Hammond y el propio Camilo configuran el álbum. Pero lo que a él se le da especialmente bien es vender singles por palés y “Mi Buen Amor” (Ariola, 1977) y, sobre todo, “Vivir Así es Morir de Amor” (Ariola, 1978) vuelven a ponerle en los primeros puestos de las listas de ventas españolas. En varios países sudamericanos no son los primeros puestos, sino casi un abono perpetuo al número uno. Recibe aquí, en su país, el primer disco de platino por vender medio millón de ejemplares. Entre julio y agosto realiza cuarenta y tres galas y en otoño gira por Estados Unidos y México.
El año 79 lo pasa casi por completo en el extranjero, llenando el Madison Square Garden el 6 de noviembre con 45.000 personas al lado de Ángela Carrasco con quien mantiene una larga relación de algo más que compañerismo. En el verano español actúa menos que otros años, aunque el 7 de julio convoca a través de El Gran Musical a 25.000 espectadores. Su LP anual se titula ahora “Horas de Amor” (Ariola, 1979), y su canción por excelencia aquel año, “La culpa ha sido mía”.
La veta Camilo parece irse agotando poco a poco y sus últimos long plays defraudan un tanto; sin embargo, el de Alcoy posee la varita mágica para que en todos ellos haya una de esas inolvidables canciones. Algo de esto ocurre con “Perdóname” (Ariola, 1980) que vende nada más que diez millones de singles en todo el mundo, incluida en un casi desapercibido LP,“Amaneciendo” (Ariola, 1980). Y cuando decimos desapercibido queremos decir que solo en España el susodicho rozó los cien mil ejemplares, el sencillo duplicó esa cifra y en México le dieron el Globo de Oro.
Iniciada la década de los 80, el cantante se afinca en Los Ángeles para centrarse en su carrera en el continente americano, olvidándose un tanto de su país, pero triunfando a modo en Argentina, Chile y actuando de nuevo en el Madison de Nueva York el 12 de octubre, día de la Hispanidad. Ese mismo año fallece su padre, lo que hace al cantante replantearse muchas cosas y pisar un poco el freno de una vida absolutamente frenética. Por supuesto, sus discos siguen editándose aquí y vendiéndose mucho, pero ya no llegan a esas cifras estratosféricas de la anterior década. Cercanos los 40 años, aún tiene arrestos para conquistar el nº 1 de la lista juvenil por excelencia, Los 40 Principales, con temas como “Devuélveme la Libertad” (Ariola, 1982) y “Mi mundo, tú”. Ambas serían incluidas en su buen largo: “Con Ganas” (Ariola, 1983).
En noviembre de 1983 nacerá su hijo. La madre es la mexicana Lourdes Ornellas, con quien mantuvo una relación esporádica. Camilo deja todo para luchar por un inesperado hijo y tras juicios legales, juicios paralelos y polémicas aireadas a los cuatro vientos, un tribunal le otorga la patria potestad. Desde entonces, será la principal razón de su vida. Y aquí hay que hacer un paréntesis para explicar que Camilo Sesto siempre ha tenido una preocupación por la infancia, especialmente por la más desfavorecida. Multitud de donativos a entidades y ONG dedicadas a la infancia, embajador de UNICEF. Puede asegurarse que jamás ha dicho no a cantar gratuitamente en cualquier parte del mundo si los chicos más pobres o enfermos iban a ser los destinatarios de su esfuerzo. Además de un gran cantante, detalles así hacen de él un cantante grande.
Sigue su carrera en el extranjero. El 15 de octubre de 1984, no obstante, se sube de nuevo a un escenario español, en el Florida Park, en pleno Retiro madrileño para recibir un disco de platino y otro de oro por sus ventas en años anteriores. Alarga su estancia y en diciembre da una serie de recitales en el Scala Melia Castilla. Al año siguiente, pondrá a sus pies al mercado nipón con una memorable gira por el país del sol naciente. Aprovecha haber bajado el pistón de su actividad musical para escribir su autobiografía: “Biografía y Memorias” (Ed. Plaza y Janés, 1986).
Entre su producción de aquellos años, brillan con luz propia “Agenda de Baile” (Ariola, 1986) y “A Voluntad del Cielo” (Ariola, 1991). Con este último citado, escasamente reconocido en España, alcanzará el primer puesto de ventas de álbumes en Estados Unidos, según la revista Billboard, biblia musical del Tío Sam.
En 1994 decide poner fin a su carrera musical como intérprete y se retira en su mansión de Miami, dice él que para descansar y cuidar y educar a su único hijo. Pero si a los toreros les pica la muleta, a Camilo le hace cosquillas el micrófono y su retiro dura poco más de tres años, regresando a la actividad con actuaciones en todo el mundo, incluida España y editando varios recopilatorios de su obra. Han pasado veinticinco años desde que ponía su voz en bodas y bailes con aquellos Dayson de su pueblo. Camilo ha vendido más de cien millones de discos en todo el mundo y es una de las principales -en algún momento fue la principal- estrella de la música latina. Ese pop latino que parece una denominación estilística creada a propósito para denominar su forma de componer y cantar.
Tras una nueva semiretirada en 1999, se va a embarcar al año siguiente en otra de esas locas quimeras presuntamente imposibles. Él quiere un nuevo “Jesucristo Superstar” y va a recurrir de nuevo a Andrew Lloyd Weber para poner en los escenarios españoles “El Fantasma de la Ópera” (1986). En el teatro funciona bastante bien, pero problemas legales impiden la publicación de un CD que aún sigue inédito, aunque es bien fácil conseguir gratuitamente en Internet.
Su hígado dice basta y la hepatitis que arrastra cerca de veinte años hace crisis. El cantante es sometido a una operación de trasplante de hígado. De nuevo en la brecha publicará “Alma” (Elica, 2002).
Siguen y seguirán las reediciones de sus discos, los recopilatorios vendidos por decenas de miles. Llueven los reconocimientos a una vida entregada a la música: En el programa “Sé lo que Hicisteis” se le declara por votación cantante español más famoso de la historia, seguido por este orden de Julio Iglesias, Raphael, Miguel Bosé y Nino Bravo. Asimismo, recibe el máximo galardón de los hispanos de Norteamérica y, en 2011, en plena gira de despedida, recoge en Las Vegas el “Máximo Orgullo Hispano”, en poder solo de unos pocos artistas.
El 6 de julio de 2010 anuncia su retirada definitiva de la música. Se despide de los escenarios españoles en el Palacio de Congresos de Madrid el 2 de octubre de ese año. Elige para su último concierto la capital peruana, y en Lima canta por última vez el 11 de junio de 2011. Una vida que deja exhausto solo con repasarla someramente. Sin ninguna duda, uno de los más, más grandes de la historia de la música española de todos los tiempos y de todos los estilos.