febrero 08, 2014

The Sex Pistols



Ningún grupo, ningún artista en el mundo del rock ha tenido un efecto tan grande en tan poco tiempo como The Sex Pistols. The Beatles, Dylan, Presley, The Rolling Stones tardaron más tiempo en alcanzar la celebridad. Hasta las carreras más meteóricas brillaron durante más tiempo: Jim Morrison, Jimi Hendrix, Janis Joplin pudieron expresar su creatividad a lo largo de algunos años. Los Sex Pistols, sin embargo, inflamaron la escena en un año y, cuando el incendio estaba devastando el mundo de la música juvenil, ya se habían disuelto, divididos por las inseguridades, las ansias y el martirio de una música que había encontrado nuevos héroes para el sacrificio. Entre el 6 de noviembre de 1976, fecha de su primer concierto, y el 19 de enero de 1978, anuncio de la disolución , se consumó la trayectoria de esta bomba activada por Malcom McLaren, uno de los más geniales managers de la historia del rock. Fue tan importante su presencia en toda la operación "Sex Pistols" que muchos se vieron inclinados a pensar que si en el lugar de Sid Vicious o Johnny Rotten hubieran estado otros jóvenes veinteañeros el resultado no hubiera cambiado. Lo que realmente contó fue la astuta presencia de McLaren, ávido de protagonismo, un no-músico que logró convertirse en un famoso en el mundo de los músicos.

"Pelo de Zanahoria" McLaren siempre había jugado un activo papel en la movida londinense: en su boutique de King's Road se daban cita los muchachos que más tarde harían estallar el movimiento punk, como músicos y como público. A mediados de los 70 McLaren ya había intentado triunfar en el mundo del rock. Durante mucho tiempo, había oficiado como manager de los New Yorks Dolls, en el período de decadencia de este agresivo grupo, verdadero ejemplo de punk en embrión. Durante meses McLaren acentuó el aspecto espectacular de las "muñecas" y recuperó, trajes de escena de color rosado, chapas y otros accesorios que, aunque no cambiasen la naturaleza del sonido, excitaban la fantasía del público. Precisamente en los meses que pasó en Nueva York, McLaren fotografió todo lo que le serviría después para triunfar en Londres: las famosas camisetas desgarradas que más tarde se constituirán en la divisa punk las "robó" de Richard Hell, bajista de Television, y, a través de su tienda las difundió entre los airados jóvenes de Londres. En la boutique de McLaren se conocieron Paul Cook y Steve Jones quienes querían formar un grupo que se habría de llamar The Swankers. Una vez reclutado Glen Matlock, sólo faltaba un cantante que estuviera en condiciones de expresar la ruda sensibilidad del grupo. Por aquellos días frecuentaba la tienda un muchacho de cabellos verdes y ojos fanáticos, John Lydon, nacido el 31 de enero de 1956, que cambió su nombre por el de Rotten cuando se adhirió a la iniciativa.

Acerca de aquel período, Matlock recuerda: "Johnny nos dijo enseguida que no sabía cantar pero que eso no era en verdad un gran problema; de hecho nosotros estábamos aprendiendo a tocar los instrumentos; Johnny, sin embargo, daba la imagen justa y era simpático". El grupo se inició así, a mediados de 1976, sin tener ningún conocimiento musical. Los cuatro muchachos sólo sentían el deseo de expresar un gran malestar artístico y social. La gran recesión que había afectado a Europa se había hecho sentir particularmente en Gran Bretaña: los grandes valores de la tradición inglesa estaban cada vez más lejos de la sensibilidad de las nuevas generaciones. Incluso la música, habitual desahogo de las emociones, no satisfacía a los nuevos veinteañeros que encontraban superados, pretenciosos y aburridos a los grandes grupos del rock progresivo: Bowie, Genesis, Clapton, incluso The Rolling Stones. Desde abajo, al margen de los circuitos discográficos y de las grandes compañías, florecían nuevas y testarudas iniciativas. Estos nuevos empresarios, autores de fanzines y peluqueros que usaban las tijeras como los apaches empleaban el cuchillo, eran la expresión de un frenético vivir al margen, por la noche, y vestían de un modo que desafiaba todas las reglas. Naturalmente, la música no quedó excluida de esta revolución.

Si el rock de los primeros años setenta había crecido para responder a exigencias del espectáculo, convirtiéndose en un montaje paquidérmico, los nuevos grupos querían volver a la simplicidad de los inicios. Este regreso al núcleo del rock se hacía de manera brutal, aullante y sin tapujos. Pocas filigranas, canciones rápidas, secas, que eran sobre todo estertores de dolor, gritos de desesperación. El nuevo rock, el punk, era un grito de alarma, una sirena que de allí en adelante hirió los oídos de todos. No hay que maravillarse, pues, si los Sex Pistols no sabían tocar al principio. Para construir su imagen, The Sex Pistols elegieron temas de The Who y The Small Faces, tocados, naturalmente, a su manera, es decir, mal: la voz de Rotten no era agradable, ni suave; era más bien como un papel de lija de sonido nasal que fastidiaba y fascinaba a la vez. Vestidos por MacLaren, quien también los bautizó con el nombre de Sex Pistols, suficientemente obsceno como para no pasar desapercibido, los músicos comenzaron a suscitar la curiosidad de todos. El 6 de noviembre de 1975 realizaron su primer concierto en el St. Martin College of Art, que duró pocos minutos; mientras sonaba la cuarta canción, alguna piadosa y atemorizada secretaria cortó la corriente, preocupada de que aquel sonido pudiese turbar el equilibrio psíquico de los alumnos. A esa primera exhibición les siguieron muchas otras: sonoras invitaciones a la revuelta, al caos y a la anarquía. La primera reseña acerca del grupo apareció en 1976 en el semanario New Musical Express: "Esto no es música esto es el caos."

Junto con The Clash, The Damned y The Buzzcoks, The Sex Pistols echaban leña a las expectativas juveniles, elaborando un repertorio simple pero eficaz. En este aspecto la habilidad de Malcolm McLaren como manager resultó fundamental. En octubre de 1976 el grupo logró firmar un contrato discográfico con Emi, recibiendo 40 mil libras esterlinas como anticipo. Pocas semanas después, The Sex Pistols hicieron su debut discográfico con el single 'Anarchy in the UK', su manifiesto, que se convirtió en un clásico de sus conciertos. Pero ahí empezaron los primeros problemas: McLaren quería como cubierta una imagen de la reina Isabel parcialmente desfigurada por el logo del grupo; la compañía no lo aceptó, pero pocos meses más tarde McLaren recuperó la idea para un nuevo disco. En noviembre dio comienzo el "Anarchy Tour", en el que participaban otras durísimas bandas punks. Pero pronto las actuaciones programadas tuvieron que suspenderse a causa de otro escándalo. En efecto, el primero de diciembre The Sex Pistols habían sido invitados a participar en el programa de televisión "Today". A causa del alcohol ingerido y de la vehemencia expresiva de los Pistols, la transmisión degeneró en bronca, en una orgía verbal con los peores insultos jamás oídos por la televisión. La prensa popular se lanzó inmediatamente sobre ellos, y Sex Pistols ocuparon las primeras páginas alcanzando así el objetivo deseado por McLaren; se cuenta que algunos honestos trabajadores, cuando se transmitió el vídeo de The Sex Pistols, destruyeron su televisor a puntapiés, para proteger a sus hijos contra aquella inmunda visión, mientras que en el Parlamento se propuso disolver al grupo por una ley. Á estas alturas, se suspendieron conciertos ya programados por temor a represalias puritanas. La polémica contribuyó a que el disco 'Anarchy in the UK', alcanzase los lugares más altos de las listas de éxitos, pero esto no bastó para tranquilizar a los preocupadísimos directivos de EMI, quienes, en enero de 1977, decidieron rescindir el contrato. Malcolm McLaren puso en acción a sus contactos y obtuvo un nuevo contrato, esta vez con A&M.

El documento se firmó con toda pompa el 30 de marzo, al aire libre, precisamente ante las austeras molduras de Buckingham Palace. Entretanto, algo nuevo había sucedido en el interior de la formación. Glen Matlock, a quien muchos consideraban el cerebro musical del grupo, había sido alejado porque, como se dijo, "quería transformar a The Sex Pistols en los nuevos Beatles". Fue sustituido por Sid Vicious, nacido el 10 de mayo de 1957, cuyo verdadero nombre era John Beverly. Con 50.000 libras esterlinas de anticipo en sus bolsillos, The Sex Pistols se aprestaron a cumplir el nuevo contrato con la publicación del single 'God save the queen', pero la operación no llegó a buen puerto. Las presiones de la opinión pública y una carta de protesta firmada por muchos músicos de A&M convencieron a los directivos para rescindir el contrato. La pelota fue recogida por el sello Virgin, del multimillonario inglés Richard Branson, que ofreció a McLaren un nuevo contrato para grabar 'God save the queen', el homenaje muy especial del grupo a la reina, quien, precisamente en el verano de 1977, celebraba su jubileo. El disco llegó al segundo puesto de las listas de éxitos a pesar de los duros ataques de los medios de comunicación, que juzgaron blasfema la canción. The Sex Pistols ya eran famosísimos: sus posturas eran copiadas, sus cabellos de punta se pusieron de moda, sus canciones rebasaron los confines británicos para convertirse en el punto de referencia de otros jóvenes de toda Europa.

En julio de 1977 apareció el tercer single, 'Pretty vacant', que escaló rápidamente las listas de éxitos, y, pocos meses después, 'Holidays in the sun', con los mismos resultados. En octubre se publicó el único álbum oficial del grupo, 'Never mind the bollocks, here's the Sex Pistols': una recopilación de las diversas canciones publicadas como caras A y B de los singles. A McLaren no le faltaban ideas. Quería hacer una película sobre el grupo llamada 'Who killed Bambi?', pero Rotten no estaba de acuerdo y la idea fue abandonada. Durante una gira por Escandinavia, las posturas del grupo causaron un gran alboroto en un local de Estocolmo y los músicos estuvieron a punto de ser linchados. En enero de 1978 The Sex Pistols llegaron a América. El 14 de enero, en el escenario del Wintherland, The Sex Pistols ofrecieron el último concierto de su historia; pocos días después McLaren anunció el fin del grupo. El manager, junto con Jones y Cook, voló hacia Brasil para encontrarse con Ronnie Biggs, uno de los autores del atraco al tren de Glasgow, uno de los robos más clamorosos de la historia, y lo convencen para grabar una canción. EI fin del grupo acarreó problemas legales entre McLaren y Rotten respecto al uso del nombre Sex Pistols y la caída cada vez más rápida de Sid Vicious en el infierno. En otoño de 1978 el bajista se trasladó con su compañera Nancy a Nueva York, al famoso Chelsea Hotel: pocas semanas después la muchacha fue hallada con un cuchillo clavado, y las sospechas recayeron en Sid Vicious, que fue detenido. En la cárcel intentó suicidarse cortándose las venas con los fragmentos de una bombilla; una vez pagada la fianza y recobrada la libertad, murió por sobredosis el 2 de febrero de 1979. McLaren no permaneció inactivo y, junto con el director Julian Temple, realizó la película 'The great rock'n'roll swindle', crónica filmada de la mayor estafa del rock'n'roll: la historia de The Sex Pistols.

Los Sex Pistols supervivientes se dividieron. Cook y Jones formaron sin éxito, The Professionals; Rotten actuó durante algún tiempo con Jimmy Pursey, el cantante de The Sham 69, y más tarde formó The Public Image Ltd., recuperando su verdadero apellido, Lydon. Para Lydon, los años 80 también fueron intensos. Con sus teñidos cabellos de alambre el cantante llevó a cabo una gira mundial con PIL. El mejor período para los PIL fue el inmediatamente posterior a la disolución de The Sex Pistols, cuando, con las heridas punk aún abiertas, publicaron 'First lssue' (1978) y 'Second edition' (1979), inicialmente puesto a la venta con el título de 'Metal box'. Más tarde, los PIL grabaron muchos temas en los que no faltaba la crítica social, tanto en los textos como en la música, pero con un estilo ya superado. 'Paris au printernps' (1980), 'Flower of romance' (1981), 'Live in Tokyo' (1983), 'This is What you want' (1984), 'Album' (1986) y 'Happy?' (1987) son los títulos de este moderno calvario musical. Además, en 1983 Lydon exhibió sus endemoniados ojos en una película policíaca, Copkilier, donde reveló dotes que, sin embargo, no fueron aprovechadas posteriormente. En 1989 salió un nuevo álbum de PIL, titulado simplemente '9'. Lydon estaba acompañado por los guitarristas Lu Edmonds (quien, acabadas las grabaciones, abandonó el grupo a raíz de una sordera) y John McGoegh, el bajista Alan Dias y el batería Bruce Smith. El sonido del grupo es agresivo, construido sobre riffs de guitarra "post-Gohic", y marca una vuelta al éxito.

Pagina Oficial:
http://www.sexpistolsofficial.com/