Así, de regreso a España aunaría esas tres influencias (el flamenco, Dylan y Zappa) al conocer a los hermanos Raimundo y Rafael Amador en la figura de Veneno, el mítico primer grupo de Kiko que, sin que nadie se diera cuenta, lo cambiaría todo. Con la inestimable ayuda del productor Ricardo Pachón se graba en Madrid "Veneno" (CBS, 1977), rodeados de pescado frito y otros estupefacientes. El resultado es uno de los mejores discos de la historia del pop español. También es manido decir que "Veneno" es un antes y un después, pero es verdad. Rock y flamenco, más que unidos, enredados para siempre. Los textos y la manera de cantar de Kiko (heredados de la figura de Dylan) casan perfectamente con las traviesas guitarras de los Amador y la batería de El Tacita. El disco y la gira del grupo pasan desapercibidos. La fama de malditismo de Veneno es sólo superada por su importancia en la música española: somos así. Pronto Veneno será historia.
Pero no por eso permanece quieto. Gracias a "Veneno" Kiko se descubre como uno de los mejores compositores del país (cosa que demostrará una y otra vez a lo largo de los años). Así pues colabora en la gestación de "La Leyenda del Tiempo" (Polygam, 1979) de Camarón, también producido por Ricardo Pachón. Adapta a Federico García Lorca y compone "La leyenda del tiempo"y "Volando voy", entre otras, para tan intenso disco.
Tres años después regresa a Madrid en plena efervescencia de La Movida para grabar su primer disco en solitario "Seré Mecánico por ti" (Epic, 1981). Adscrito a ese movimiento (la portada es de Cesepe), el resultado está muy alejado de "Veneno", pese a tener grandes canciones como "Pata palo" o "Farmacia de guardia". También sigue en contacto con los Amador (reconvertidos en Pata Negra), quienes, para su disco graban dos canciones compuestas por Kiko para Veneno: "Los managers"y "Mama".
Durante los 80 Kiko no se dedica al 100% a la música, ya que la compagina con su puesto como programador cultural en la Diputación de Sevilla. Pero hace "escapadas": es muy memorable también la puntual participación de Kiko en el programa de Televisión dirigido por Lolo Rico, La Bola de Cristal, en el que el cantante protagonizaba los videos "No adivino nada" y sobre todo "Me siento tan feliz", en el que aparecía caracterizado como el monstruo de Frankenstein. La imagen no tiene precio.
Tres años después se vuelve a usar el nombre de Veneno, pero esta vez en vano. "Si tú, si yo" (Epic, 1984) junta de nuevo a Kiko con Raimundo Amador, pero esta vez sin Rafalillo ni Ricardo Pachón. Está el valor añadido de Martirio a las voces y la buena canción que es "Algo tuyo", pero esto no tiene nada que ver con 1977. Dos años después produce y compone para la propia Martirio en "Estoy Mala" (Nuevos Medios, 1986) y en 1987 saca su segundo LP en solitario, el horrible "Pequeño Salvaje" (Nuevos Medios, 1987): el peor trabajo de su carrera. Tampoco estaría a la altura "El Pueblo Guapeao" (Twins, 1989), también bajo el nombre de Veneno (pero que, tal y como pone en la fea portada sólo son Kiko y Raimundo).
Harto de las medianías, Kiko firma con BMG-Ariola y, aconsejado por su amigo Santiago Auserón, confía la producción de su próximo disco a Joe Dworniak instando a Kiko que se dedique a lo suyo que es componer. Dworniak había producido en varias ocasiones a Radio Futura con excelentes resultados. Sin ir más lejos "La Canción de Juan Pedro" (Ariola, 1987) le tenía a los mandos de la mesa. Así se gesta "Échate un Cantecito" (BMG-Ariola, 1992), un triunfo de disco que incluye muchas de las mejores canciones del cantante: todo el tracklist. Es tan buena la química entre Kiko y Dworkiak que repiten tres años después con "Está Muy Bien Eso del Cariño" (BMG, 1995), consiguiendo otro triunfo. Ese mismo año Kiko produce el primer y único LP de Caraoscura, "¿Qué es lo que Quieres de mí?" (BMG-Ariola, 1995), el grupo que surge de la separación de Mártires del Compás(otro proyecto en el que participó nuestro catalán fino).
La colaboración con Dworniak se prolongará con "Punta Paloma" (BMG, 1997) y "La Familia Pollo" (BMG, 2000), dos discos "menores" pero llenos de encanto. Entre medias editaría "Puro Veneno" (BMG, 1998), donde reinterpreta en directo (pero en el estudio) sus mejores canciones (colaborando con Santiago Auserón, Martirio, Andrés Calamaro y Albert Plà). A lo largo de estos años no dejará de girar. Primero con Santiago Auserón (en la gira "Kiko Veneno y Juan Perro Vienen Dando el Cante") y luego con Pepe Begines, cantante de No me Pises que Llevo Chanclas. Con Begines edita "Gira Mundial" (Elemúsica, 2002) (ya en su propio sello) donde se registra las actuaciones que realizaron en una pequeña gira en torno a Utrera. A Pepe Begines también le producirá su primer disco en solitario, "Mi Propia Película" (Elemúsica, 2004).
Tras muchas frustraciones con BMG Kiko consigue la "independencia" creativa para dar lugar "El Hombre Invisible" (Elemúsica, 2005) donde recupera fuerza y juventud realizando su disco más rockero y venenoso en años. Esta revaloración (si cabe aún más) de Kiko y de Veneno hace que el cantante se una a Los Delinqüentes, Muchachito (con los que ya había colaborado) y Tomasito para formar la "superbanda", G-5. Así el creador del invento se junta con los continuadores de su legado y, en menos de una semana graban "Tucaratupapi" (Elemúsica, 2006) y se embarcan en una pequeña gira.
Posteriormente se ha embarcado en una gira con su banda Los Notas del Derrumbe y en compañía de Los Delinqüentes que le ha llevado a compartir escenario con nada más y nada menos que Jonathan Richman y Jackson Browne.
Casi un lustro tarda Kiko en volver a entrar en el estudio de grabación para dar forma a su nuevo disco. Entre agosto y diciembre de 2009 en los estudios sevillanos Pocos y con la colaboración de su banda habitual, Kiko graba "Dice la Gente" (Warner, 2010). Las buenas críticas recibidas de la prensa especializada, casi unánimemente lo valoran como su mejor trabajo desde el ya lejano "Échate un Cantecito" (BMG-Ariola, 1992), y una estupenda acogida del público hacen que Kiko viva, si se me permite la expresión, una segunda juventud. Durante 2011 realiza una extensa gira de presentación del álbum que desembocará en un frenético 2012.
Con motivo del veinte aniversario de "Échate un Cantecito" (BMG-Ariola, 1992) se publica una reedición de lujo en el que además del disco original se incluyen un segundo con las maquetas del LP, nuevas versiones y remezclas de los temas, un DVD con directos y apariciones en televisión, y un diario en versión facsímil que Kiko escribió mientras hacía el disco. Kiko hará una pequeña gira para celebrar dicho acontecimiento que le llevará por toda la península.Ese mismo año junto al uruguayo Martín Buscaglia graba en Montevideo el álbum "El Pimiento Indomable" (Bizarro, 2012) que por el momento está inédito en España y que el propio Kiko describe como "un disco de bares, más alegre y menos experimental". A finales de año el Ministerio de Educación y Cultura le otorga el Premio Nacional de Músicas Actuales donde se destaca "su contribución decisiva durante más de tres décadas y media a la integración de tradiciones musicales internacionales e hispanas, difundiendo el compás, enriqueciendo con ingenio y calidad poética el formato de la canción popular" junto a su "labor germinal que ha influido en dos generaciones de artistas".
2013 será el año del lanzamiento de su undécimo álbum, "Sensación Térmica" (Warner, 2013). En él Kiko da otro giro más a su sonido buscando más la experimentación y el uso de bases electrónicas. Para ello contará con la ayuda en tareas de producción de Raül Fernández (Refree, Corn Flakes, Sitcom, Élena, Shudo)
Decir que Kiko Veneno inventó lo que sería la música española puede parecer algo exagerado. Pero su influencia se deja sentir en la mayoría de los grupos rock nacionales que se acercan al flamenco (Los Delinqüentes) o no tanto (Antonia Font); sean buenos (Elbicho) o mediocres (pongan aquí cualquiera de los que están pensando). Pero lo mejor no es que ese monumental "Veneno" grabado hace más de treinta años siga tan vigente e intenso como siempre. Lo mejor son las ganas de seguir que Kiko demuestra tener continuamente, que hacen que se espere y se desee mucho más (y mucho bueno) de él.